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viernes, 8 de junio de 2012

Ray Bradbury

Hace tres días que ha muerto uno de los escritores de ciencia ficción más lúcidos y que mejor ha trabajado el tema de la lectura como fuente de libertad.
Era ley natural, ya que tenía nada menos que 92 años, pero aún así lo sentimos.
Era norteamericano, conocido sobre todo por dos obras, Crónicas marcianas, escrita en 1950 y una de mis novelas favoritas, Fahrenheit 451, publicada en 1953.
Ambas fueron llevadas al cine, Crónicas marcianas en 1980 por Michael Anderson y anteriormente, en 1966, Fahrenheit 451 por François Truffaut.
A lo largo de su carrera recibió numerosos premios, escribiendo además de novelas, teatro y relatos.

Como siempre que desaparece un escritor, su obra cobra extraordinaria fuerza, revive, se relee...
Os invito a leer cualquiera de estas dos obras, si no lo habéis hecho ya y la recomiendo para los estudiantes de Bachillerato o de Universidad. Sin duda, dará que pensar. Descanse en paz para siempre.

39 comentarios:

  1. Nada más entrar en la página me encuentro con que el Blog “El cocodrilo azul” se hizo eco de la muerte de Ray Bradbury, sin lugar a dudas uno de mis escritores favoritos. Mi primer contacto con su obra fue a través de una película, la de François Truffaut sobre Fahrenheit 451. Recuerdo a la perfección el día en que la vi por primera vez, era adolescente, había quedado con una amiga en casa para mirar alguna “peli” y encontré esta por mi casa. La pusimos y nos enganchó desde el primer momento, tan futurista para su época, tan original en su contenido y escondiendo un mensaje tan catastrófico.
    A partir de entonces me informé sobre la película, y descubrí a Ray Bradbury. Me hice con la novela y la devoré. Muchos años después esa novela sigue ocupando un lugar privilegiado en la estantería del comedor de mi casa. Es de esos libros que quieres que se vean que los tienes, porque no es un libro cualquiera, para mí es un símbolo, el símbolo de la importancia de la lectura.
    El título de “Fahrenheit 451” hace referencia a la temperatura a la que arde el papel. Actualmente el tema de si la lectura debe seguir siendo en papel o debemos pasarnos a la lectura a través de las nuevas tecnologías es un tema controvertido. Más allá de ese debate sobre el soporte a mí me gustaría subrayar que la lectura debe prevalecer ante todo, incluso, ante su soporte.
    Tanto me enganchó Bradbury que no solo me conformé con leerle a él, sino que seguí buscando y descubrí el tipo de libros que se llaman “distopías”, género del cual me considero fanática. “Un mundo feliz” de Aldous Huxley o “1984” de George Orwell son otros dos de los libros que ocupan un espacio importante de mi casa.
    Es por este motivo por el cual me he fijado especialmente en esta publicación del blog, porque para mí Ray Bradbury significa la apertura hacia un género novelístico que ha sido muy importante en mi vida. Cuando se publicó la noticia de su muerte lo sentí en el alma, uno de los grandes se había marchado, y quién sabe si volverá a haber alguien que escriba adelantándose tanto a su tiempo

    Victoria.

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  2. Enlazando esta noticia con el artículo de José Mª Guelbenzu "Hubo una vez una novela", (VIII Premio Periodístico sobre Lectura, otorgado por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez) y que leí hace poco, "Fahrenheit 451" es una de esas novelas que cambió mi mundo para siempre.
    La ciencia ficción considerada como un género menor y vacuo cobró un nuevo significado, y hasta el día de hoy es sin duda mi lectura favorita. A Bradbury le debo la iniciación en el género, detrás de él llegaron las sagas de Asimov, y de Orson Scott Card. Sin la lectura previa de “Fahrenheit 451”, habría perdido grandes momentos de goce lector, y de reflexiones intelectuales. Estoy con Victoria, estos libros merecen un lugar privilegiado en nuestros salones, y merecen que los divulgemos.
    "Fahrenheit 451" aborda una perspectiva actual, en plena actualidad, y eso que fue escrita hace ya más de 50 años. Los libros nos hacen pensar, nos hacen plantearnos preguntas y eso parece ser molesto, ya que una sociedad educada capaz de pensar por sí misma no es cómoda para un gobierno. La peligrosidad de las ideas, del pensamiento crítico en contraposición del pensamiento único, el conocimiento, el placer de la lectura, la belleza de las historias merece ser conservada y transmitida. Si nos convertimos en ciudadanos del país donde vive Montag, seremos una sociedad sin esperanza.
    Para terminar con una nota de humor, si me lo permitís me gustaría enlazar este video humorístico que parece describir la triste realidad actual de nuestra sociedad.
    http://www.youtube.com/watch?v=0q6NwqGl4ZQ

    Isabel

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  3. Aldous Huxley. Qué casualidad que cuando supe de su muerte, yo acababa de leer “Fahrenheit 451”, un libro que tenía pendiente desde la adolescencia. Finalmente esta pasada primavera me decidí a leerlo y, a pesar de que ya me habían hablado de él, me apasionó, me sorprendió, me “enganchó” y, lo más importante, me hizo reflexionar. Siempre me ha maravillado cómo hay textos por los que no pasa el tiempo, me fascina la idea de que una novela publicada en 1953 siga siendo tan actual. Y ésta sin duda, lo es. Estoy totalmente de acuerdo que es una buena lectura para alumnos de Bachillerato pero también para cualquier persona que crea que hay algo en esta sociedad que no funciona y que en algún momento ha sentido que hay una fuerza superior a ella que “controla” su vida. Para aquellos que no quieren resignarse. Para aquellos que creen que otro mundo mejor es posible. Una obra maestra. Grande, enorme Aldous Huxley.

    Roger

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  4. Me encanta este escritor, está dentro de mi élite de grandes pensadores que cambiaron mi visión del mundo: Huxley con Un Mundo Feliz, Orwell con 1984 y Bradbury con Fahrenheit 451 marcaron mi adolescencia, parece que coincidimos en ello Victoria.

    Me he apenado mucho al conocer la muerte de este gran escritor y ahora mismo estoy pensando seriamente en conseguir su otra gran obra, que por suerte aún no he podido leer, Crónicas Marcianas.

    La novela que sí he leído, Fahrenheit 451, es una clara alegoría a la censura, una mirada a lo que nos puede conducir en estos tiempos en los que vivimos debido al miedo a un pensamiento más divergente y crítico socialmente.

    Lo que intentó trasmitirnos Bradbury, deberíamos de tenerlo muy presente, puede que no haya censura como tal actualmente, pero es evidente la manipulación de los medios de comunicación, ya sean de un signo político u otro, buscan muchas veces, más que informar, tergiversar, confundir y alienar nuestra sociedad.

    Pd: Bradbury estaba muy orgulloso de su novela por lo que hizo escribir de epitafio: «Autor de Fahrenheit 451»

    Alfonso.

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  5. Me asomo a este blog desde la Unir y me quedo con el pequeño homenaje a R. Bradbury, tras su fallecimiento hace unos meses.
    De este autor recuerdo con especial cariño "El ruido de un trueno". La idea de poder viajar en una máquina del tiempo a cazar dinosaurios me fascinaba, pero el pensar que cualquier cosa que pudiésemos alterar en el pasado iba a traer consecuencias en el presente, me tuvo intrigada muchos años.
    Tiempo después, conseguí entender el mensaje que se escondía entre líneas como una invitación a reflexionar acerca de nuestras acciones, porque aunque fueran aparentemente triviales, podían acarrear consecuencias serias.
    Me encanta la idea de que se le haya dado nombre a un asteroide como homenaje a este creador.
    Un saludo cordial.
    María del Carmen García.

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  6. Para muchos de los que, como yo, dejamos atrás hace bastantes años la etapa llena de sueños e ideales de la juventud, el título de Fahrenheit 451 representa un punto de inflexión en la percepción del mundo.
    La lectura del libro de Ray Bradbury fue en mi caso, una consecuencia posterior al impacto que la película del mismo nombre produjo en mi manera de apreciar lo que me rodeaba.
    Auténtica televisión en blanco y negro, emoción por el invento…. y de pronto una película de ciencia ficción que evocaba un mundo futuro ni siquiera imaginado.
    Lo importante de la película no fue solo la historia, el futuro que describía…de repente fui consciente de la importancia de los libros. Lo que transmitían del pasado y lo que aportaban para el futuro.
    ¡El mundo estaba esclavizado pero esa gente se preocupaba de memorizar un libro!. Fue algo así como descubrir que el cielo es azul, todos los instantes delante de mi mirada y yo no me había percibido de su color. A partir de aquí entendí qué es un libro, Leí Fahrenheit 451 y a continuación todos los que he Leído hasta ahora. Fue mucho más que una buena historia, mejor o peor escrita, fue una toma de consciencia que permitió comprender un objeto, el libro, más allá de su primera impresión.
    Quizás con los niños de primaria pueda pasar igual. Es necesario leer cuentos, interpretar historias, emocionar con la palabra leída para que desde su propia individualidad, cada uno pueda encontrar su propio Fahrenheit 451 en el momento oportuno.
    Dicen que hay que subirse al tren cuando pasa, que no hay que perder oportunidades, sin embargo pienso que lo más importante es que pasen muchos trenes para que cada uno lo tome cuando pueda subirse sin caerse. Cuantas más historias en clase, más cuentos en casa…más trenes pasarán por la estación.

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  7. Trás una mirada al Blog "El cocodrilo Azul", cual es mi asombro cuando descubro que uno de los escritores que más me hizo reflexionar sobre mis lecturas ha fallecido.

    Siempre había sido reacia a leer libros, hasta que una buena amiga me recomendó Fahrenheit 451 de Ray Bradbury.

    El inicio de la lectura fue costoso, ya que no llegaba a entender profundamente las ideas que quería reflejar el autor, pero poco a poco fuí adentrandome en la historia y extraer una reflexion personal que hizo plantearme algunas cuestiones educativas.

    Éste libro nos presenta un futuro donde los libros son algo prohibido y existe un cuerpo de bomberos que se dedica a quemar libros, en vez de sofocar incendios.Esto es lo que nos presenta Ray, una sociedad, donde las personas viven bajo la ignorancia para poder ser controladas, ¿no os resulta familiar esta sitaución?

    Actualmente, el grupo de personas lectoras es minoritario con respecto a los que prefieren ver la television y no sumergirse en la aventura de obtener ideas o reflexiones personales por uno mismo. No quiero restar importancia a los nuevos medios de comunicación, pero si exhaltar el valor de la lectura desde la infancia, ya que el desarrollo de la capacidad de obtener sus propias ideas la ayudarán en un futuro a ser un ciudadano autónomo e independiente en cuanto a sus ideales y en la resolución de conflictos.

    Por todo lo anterior, quiero dejar reflejada la gran huella que me ha dejado este libro, ya que me ha ayudado a replantearme la metodología y fin que debe tener la lectura en mi aula.

    Gracias Ray Bradbury.

    Vanessa Agraz Pérez

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  8. La lectura para mí siempre ha sido muy importante, y en concreto, el género de ciencia-ficción, que es uno de mis preferidos. De adolescente leí todas las historias de Isaac Asimov, Arthur C. Clarke y Julio Verne. Además también cayeron en mis manos, Un mundo feliz de Aldous Huxley y Fahrenheit 451 de Ray Bradbury. Este último trata el tema del totalitarismo, es decir, el control total por parte del estado de la forma de vivir e incluso pensar de sus ciudadanos. Para ello, utiliza la televisión y se atreve con la destrucción de todos los libros con el justificante de que no permiten alcanzar la felicidad a sus ciudadanos.

    En realidad, esto sólo es una justificación de cara a la galería, pues en verdad, el estado sabe que la lectura hace ciudadanos más libres y críticos con el sistema, capaces de ser creativos y buscar alternativas a las más diferentes injusticias. En cambio, la televisión sirve para domesticar y amansar a cualquier tipo de ciudadano, ejerciendo un control sin límite sobre la población.

    Hoy en día, desgraciadamente, cada vez lee menos gente. Los pocos tiempos de ocio que nos quedan se dedican a otros medios, como la televisión, el ordenador o el móvil, sin caer en la cuenta, de que la lectura puede formarnos y hacernos mucho más libres. Creo que en la actualidad, aparte de la falta de tiempo y el cansancio del trabajo diario, lo que más nos cuesta es hacer el pequeño esfuerzo de leer comparado con la facilidad de devorar contenidos multimedia frente a las pantallas de los distintos dispositivos.

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  9. Hace ya unos años cursé en la Facultad de historia una asignatura titulada “escritura y sociedad”. En ella nuestro profesor nos acercaba a los orígenes de la escritura y su evolución a lo largo de la historia. Fue en este momento que descubrí Fahrenheit 451.

    Hoy cuando he empezado a leer los comentarios en el blog me he conmovido al ver la noticia de la muerte de su autor. Normalmente recordamos aquello que nos impacta, nos emociona o que nos rompe, como vulgarmente decimos, los esquemas. Por eso mismo recuerdo yo Fahrenheit 451, por cambiar mi visión del mundo y despertar en mí el espíritu crítico.

    Por saber que la cultura hace hombres libres, por contarlo magistralmente y por convertirnos en seres plenamente racionales, mi mayor reconocimiento a su autor y mi tristeza por su pérdida.

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  10. En primer lugar me gustaría dar la enhorabuena por el blog y agradecer el esfuerzo que conlleva el mantenimiento y trabajo para que otros profesores o futuros profesores como puede ser mi caso tengamos una gran cantidad de recursos para ofrecer a nuestros alumnos. No dudé en comentar este tema al encontrarme con la noticia de la triste muerte de Ray Bradbury ya que una de sus novelas, Fahrenheit 451, me impacto gratamente y me hizo reflexionar acerca de la importancia de la lectura en la sociedad actual, y sobre todo en la educación, para desarrollar en los alumnos una mentalidad crítica tan necesaria hoy en día ante los constantes bombardeos de manipulación informativa que generan otros medios como la televisión o la prensa escrita.

    Aparte de esto quisiera comentar la importancia de la novela de ciencia ficción en el aula ya que, aunque se trate de mundos irreales o personajes inventados, se trata de situaciones que el alumno podría encontrarse en un futuro no muy lejano y en el que debe estar preparado para tomar decisiones y resolver problemas. La ciencia ficción ofrece una visión especuladora de situaciones, personajes, y otras sociedades ante los cuales en alumnos debe estar preparado para su adaptación ya que sociedad y tecnología se encuentran en continuo cambio por lo que como maestros debemos preparar a los alumnos antes estos cambios radicales. En este sentido la novela de ciencia ficción es una gran herramienta para tal fin.

    Además, en el ámbito educativo, la ciencia ficción ofrece grandes posibilidades. Podemos trabajar novelas de ciencia ficción y relacionar sus contenidos con diferentes asignaturas como filosofía, matemáticas, física, y música. Se me ocurre como ejemplo trabajar la maravillosa melodía de la película Encuentros en la tercera fase, melodía, colores, notas musicales, el dialogo melódico entre los seres humano y extraterrestres. En física se puede trabajar el concepto de Fahrenheit 451, o en filosofía reflexionar acerca de esa barrera que separa al robot del hombre en el libro El hombre bicentenario de Isaac Asimov.

    La ciencia ficción es esencial en el sistema educativo ya que desarrolla la imaginación del niño la hace creativa y es una fuente poderosa generadora de paisajes, personajes y situaciones. Porque como dijo Einstein: “La imaginación es más importante que el conocimiento”. La educación no es únicamente trasmitir conocimiento sino también tenemos que enseñar a pensar. No hay una sola forma de resolver un problema sino miles y para ello la imaginación se vuelve necesaria.

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  11. Gracias a un trabajo universitario de la UNIR, enmarcado dentro de la asignatura de Didáctica de la Literatura en Educación Primaria, he podido conocer y participar en este blog.

    He leído el artículo in memoriam sobre la obra del escritor Ray Bradbury, uno de los de los escritores que más me fascinaron durante mi adolescencia y juventud, junto a otras obras de Julio Verne y de J.R. Tolkien. Y si bien todas estas obras consiguieron desplegar mi imaginación y mi atención de forma especial, también me ayudaron a descubrir que el poder de la ficción está por encima de la transmisión de cualquier experiencia ajena. Fueron lecturas a las que “quise” tal y como se presentaron, que me inclinaban a pedir más a medida que avanzaba, y con la sospecha de que ampliaban mis puntos de vista y mis horizontes más allá de lo tangible.

    La primera vez que leí “Cronicas Marcianas” de Ray Bradbury fue gracias a una versión en formato cómic que encontré en un rincón olvidado en el garaje de un familiar diez años mayor que yo. Su lectura me impactó tanto que, poco tiempo después, conseguí hacerme con aquel librito de poco más de 200 páginas que era mucho más que un libro de ciencia ficción.
    Aunque en un primer momento puede parecernos desconcertante y un tanto poco dinámico, a medida que se avanza en la lectura, la obra nos va envolviendo y enganchando. Descubrí que tras la aparente confusión de sus historias existe una intención poderosa en activar el espíritu crítico y la capacidad de abstracción del lector.
    "Crónicas Marcianas" es la historia de la humanidad en un futuro próximo, ya en plena decadencia y a punto de la destrucción absoluta, que pretende colonizar el planeta Marte, en un cambio que se avecina dramático. Bajo el hilo conductor de la colonización del planeta, con unos protagonistas tan oníricos como inquietantes, Bradbury invita al lector a reflexionar sobre los aspectos más inhumanos de nuestra naturaleza, frente a una especie marciana mucho más humanizada que la propia humanidad.

    Es una obra literaria digna de incluir en la lista de “Recomendados” para adolescentes y no tan jóvenes.
    Espero que mis hijos algún día sientan la inquietud de visitar el planeta Marte de Bradbury, que especulen y reflexionen sobre la naturaleza, comportamientos y consecuencias del ser humano en sí mismo, sobre sus ambiciones destructivas y todos sus aspectos más solitarios, irracionales e inquietantes.
    Es todo un ejercicio reflexivo que seguramente generará sentimientos y sensaciones incómodas en aquellos lectores que se resistan a reconocer que hoy, como hace 60 años, la condición humana sigue guiándose por una ambición sin precedentes y por una soledad humana que es la gran paradoja de la era de las tecnologías y de las comunicaciones.

    Rebeca Callizo

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  12. Hola a todos:
    Me ha entristecido conocer la noticia sobre su muerte, aunque como dice Ana Mª es ley natural. Se ha perdido una mente sutil que declama contra la ignorancia, algo que aquellos que anhelan el poder desean fervorosamente, pues esta es un arma poderosa.
    Todos sabemos, y Ray Bradbury nos lo afirma, el poder que poseen las páginas escritas, donde se puede decir verdades o manipularlas. Pero aun mas manipulable es aquel que no puede contrastar lo que le dicen si el acceso a la documentación no existe.
    Cuantas hogueras se han alimentado de la sabiduría de otros por la “ignorancia” de unos pocos.
    Al rememorar el argumento de su novela Fahrenheit 451, sobre la censura de la lectura, he recordado algunas noticias de los últimos años, donde se sigue intentando vetar la lectura de ciertas obras que van contra los intereses de ciertas instituciones o ideales políticos, por no hablar de otras culturas donde es ley actual la prohibición de leer ciertos contenidos literarios.

    Se va su cuerpo, pero siempre nos quedará su “alma”.

    Marisa RP

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    1. Ray Bradbury era uno de esos escritores de los que siempre había escuchado tanto de forma literaria como cinematográfica. Pero por una causa u otra nunca tuve el placer de leer. Y este verano, casi por arte de magia, su libro Fahrenheit 451 llegó a mis manos. Era el momento, mi momento. Y me escabullí con él día tras otro hasta que llegué al final de sus líneas. Me sentí abrumada por la forma en la que Bradbury llegó hasta mi. Ese momento íntimo de comunicación entre la obra, el autor y yo, un instante de comunión, de reflexión, de despertar.
      Investigué sobre otros títulos de su obra: "Crónicas Marcianas" o "El Carnaval de las Tinieblas". También investigué sobre su vida, quizás para acercarme aún más a él.
      Ray Bradbury fue un defensor nato de la libertad, de la poesía, de la fantasía tratada de forma nostálgica. Con él tenemos aseguradas grandes dosis de prosa poética, realidades enmascaradas en historias similares y una gran crítica social que nos hace ver dentro de cada uno de nosotros para contemplar un nuevo amanecer literario.

      Sonia Cañamero

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  13. Muchas veces me gusta pensar en los libros sobre futuros despóticos que han pasado por mis manos. Pero entre mis novelas favoritas sobre mundos oscuros, marcados por la opresión y el horror, me decanto por Fahrenheit 451.
    Ray Bradbury describe un futuro en guerra constante con un enemigo desconocido, en el que los ciudadanos interactuan con la pantalla de su televisor y donde el estado de ánimo de estos está superditado a las drogas. En ese mundo ,los bomberos no apagan fuegos sino que se dedican a quemar los pocos ejemplares de libros que continúan en circulación. El protagonista, Montag, es uno de estos bomberos dedicados a la destrucción de el saber acumulado por la humanidad, pero sin saber el porqué,duda de su misión e inicia un acto de rebeldía que tendrá consecuencias inesperadas.
    Una de las conclusiones que saqué después de la lecura de este estupendo libro fué que la incomunicación, como fenómeno, hace innecesaria la existencia de libros. Si no hay interlocutores ¿ se tendrían que explicar historias?. Somos seres sociales y narrativos por naturaleza , podran cambiar los medios pero no la necesidad que tenemos de comunicación.

    Miguel Angel Gea Sanchez

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  14. María Soledad Munuera Pinar25 de diciembre de 2012, 16:00

    La noticia de la muerte hace pocos meses de Ray Bradbury me ha llevado muchos años atrás, cuando leí una de sus magníficas novelas, Fahrenheit 451. A mí, como amante de la literatura y los libros, me impresionó muchísimo, ya que nos transportaba a una hipotética sociedad futura aterradora, en la que se fomentaba la ignorancia y la incultura con el fin de manipular a las masas, todo ello apoyado en medios audiovisuales y drogas que amortiguaban las incomodidades y sinsabores. Por si esto no fuese lo suficientemente inquietante, además se iban destruyendo de manera sistemática los libros que quedaban. Los bomberos provocaban fuegos en lugar de apagarlos, la gente se encerraba en sus casas (siempre con jardines interiores) para no hablar ni relacionarse, las conversaciones giraban en torno a temas superficiales, relacionados con lo que se escuchaba en los medios, no existía la empatía ni la ilusión.
    Como hacía más de veinte años que me había leído el libro, decidí volverlo a leer, para refrescar la memoria, y recordar los detalles que con el paso del tiempo se van diluyendo. Y su segunda lectura me ha impresionado aún más, porque aquella sociedad que Bradbury retrató en los años 50 se parece demasiado a la nuestra. Afortunadamente no se produce ninguna quema de libros y los bomberos siguen apagando fuegos (que no provocan), pero las personas cada vez se encierran más en sí mismas, hay generaciones enganchadas excesivamente a la tecnología, un desmedido consumo de programas televisivos de nula calidad (de los que hay amplia oferta), reducción de la capacidad de disfrute, aislamiento, depresión...
    En el libro, el jefe de bomberos, Beatty, intenta aclararle conceptos a Montag, un bombero que comienza a tener dudas: “Dale a la gente concursos que puedan ganar recordando la letra de las canciones más populares, o los nombres de las capitales del Estado …Atibórralos de datos no combustibles, lánzales encima tantos “hechos” que se sientan abrumados, pero totalmente al día en cuanto a información. Entonces, tendrán la sensación de que piensan, tendrán la impresión de que se mueven sin moverse. Y serán felices, porque los hechos de esta naturaleza no cambian. No les des ninguna materia delicada como Filosofía o Sociología para que empiecen a atar cabos”.
    ¿No parece esto una “existencia virtual”? ¿No da la impresión de que las sociedades “avanzadas” nos vamos acercando a ella?


    María Soledad Munuera Pinar

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  15. Mi primer contacto con Ray Bradbury fue con un libro que quizás no sea el más comentado de su obra literaria, pero que sin duda ha resultado ser el que más me ha gustado.
    Me refiero al libro; El vino del estío. Me lo leí hará cosa de unos cuatro años. Me encantó. Saboree nuevamente la sensación de ser niña. De revivir intensamente la sensación tan placentera de descubrir. De aprender a mirar y a escuchar. De dejarse seducir por el entorno.
    Considero también, que Ray Bradbury, sabe reflejar con gran acierto el mundo de la fantasía y de cómo esta es vivida intensamente por un niño. Douglas Spaulding.
    Nos acerca en distintos momentos de la lectura como el protagonista hace gala de su imaginación creadora (propia de la de un niño que todavía la mantiene intacta y nada contaminada) durante sus días de verano y como a través de ella va interpretando la realidad de su entorno. Es el retrato maravilloso de la infancia y de un despertar a la vida.
    Para terminar, cito un pequeño párrafo donde la genial fantasía de Douglas Spaulding hace de un momento cotidiano como es el levantarse, algo mágico e irrepetible.

    […] “Una noche, todas las semanas, dejaba a sus padres y su hermanito Tom, que dormían en la casita de al lado, y subía aquí, por la oscura escalera de caracol, a la cúpula de los abuelos, y en esta torre de brujo podía dormir con truenos y visiones, y despertar antes del cristalino tintineo de las botellas de leche, y celebrar su ritual mágico.
    De pie, ante la ventana abierta en la oscuridad, Douglas aspiro profundamente, y sopló.
    Las luces de la calle se apagaron como velas en una torta negra. Sopló otra vez y otra vez, y las estrellas empezaron a desvanecerse.
    Sonrió. Apuntó con el dedo.
    Allí, y aquí. Ahora aquí, y aquí…
    […] Bostezad todos. Todos arriba.
    El caserón se movió en el piso bajo.
    - ¡Abuelo, saca los dientes del vaso!
    Esperó un momento
    -¡Abuela, bisabuela, freíd las tortas!

    Bradbury, R. (2006) El vino del estío. Barcelona: Booket

    Maria Uceda (Didáctica de la literatura)

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  16. Mi más sincera enhorabuena Ana Mª Navarrete por tu prolífico blog al que espero entrar más a menudo.
    Me hago eco del fallecimiento de Ray Bradbury cuando, días atrás, leo el post en “El cocodrilo azul”. Al ser un autor que desconocía, por no haber leído ninguna de sus obras, y siguiendo el consejo del mismo post, me zampo “Farenheit 451” en pocos días. Con el entusiasmo de una adolescente y viendo caer los copos de nieve a través de la ventana puedo reafirmar con grata sorpresa que a pesar de ser una novela de los cincuenta sigue más vigente que nunca en los tiempos de crisis y corrupción que corren.
    “…Porque no hace falta quemar libros si el mundo empieza a llenarse de gente que no lee, que no aprende, que no sabe […] Si la enseñanza primaria se disuelve y desaparece a través de las grietas y de la ventilación de la clase, ¿quién, después de un tiempo, lo sabrá, o a quién le importará?”
    “No todo está perdido, por supuesto. Todavía estamos a tiempo si evaluamos adecuadamente y por igual a profesores, alumnos y padres, si hacemos de la calidad una responsabilidad compartida, si nos aseguramos de que al cumplir los seis años cualquier niño en cualquier país puede disponer de una biblioteca y aprender casi por osmosis; entonces las cifras de drogados, bandas callejeras, violaciones y asesinatos se reducirá casi a cero”. Prefacio de Ray Bradbury a “Farenheit 451” en febrero de 1993.
    Y es que ya lo decía Guy Montag “tenemos todo para ser felices, pero no lo somos”. Y su aliado Faber le contestaba que “la gente comodona solo desea caras de luna llena, sin poros, sin pelo, inexpresivas. Vivimos en la época en que las flores tratan de vivir de flores, en lugar de crecer gracias a la lluvia y al negro estiércol…”. Qué razón tenían, parecía premonitorio de lo que acontece en nuestra sociedad.
    Comparto las ideas expuestas en los comentarios de este post al respecto de “Farenheit 451”. Así como la capacidad liberadora de la lectura, reflejada en todo momento, en contraposición a las constantes prohibiciones, censura y restricciones de la ciudad en la novela descrita.
    Me alegro de que me hayáis descubierto a otro soñador consciente del potencial de la lectura en educación.

    Maite Amondarain

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  17. Ayer mismo citaba la obra de Farenheit 451 a un amigo, recomendándole la lectura y añadiéndole dos obras más que yo personalmente englobo en un mismo paquete de ficción para la reflexión: La magnífica obra de Huxley “Un mundo feliz” y la majestuosa obra de George Orwell “1984”. Me ha sorprendido que mucha gente identifique este “paquete de libros”.
    Creo que el título de Farenheit 451, se le debería añadir un subtítulo que llama mucho la atención, que es la temperatura a la que arden los libros. Estos tres libros me hicieron reflexionar mucho sobre el mundo en que vivimos y en lo que podría llegar a ser.

    Adrià

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  18. La muerte de un autor siempre es un buen momento para recordar su obra, se vuelven a publicar sus libros, aparecen nuevas ediciones, se llenan las librerías con sus títulos… Después de la muerte de Ray Bradbury me dispuse a releer una de sus grandes obras, Farenheit 451. Recuerdo haber leído este libro en mis tiempos de estudiante de bachillerato, cuando leer un libro que mandaba el profesor era algo que detestaba profundamente por lo poco o nada interesante que me parecían aquellas lecturas. Pero eso no me sucedió con la obra de Bradbury, todo lo contrario, fue uno de los libros que me impactó profundamente, el otro sería Pedro Paramo, de Juan Rulfo, pero eso otra historia.
    Volviendo a Farenheit 451, la obra es un auténtico canto a la literatura además de ser una brutal crítica contra el totalitarismo, contra un estado que impone un pensamiento único y que ve un peligro en las ideas y pensamientos independientes que pueden generar la lectura de los libros por los ciudadanos. Recuerdo leer el libro con una sensación de desasosiego, tomar consciencia a partir del mismo de lo importante que es la literatura, de la importancia de la cultura, un derecho inherente al ser humano y que nadie puede arrebatarnos.
    Podría catalogar al libro de Bradbury como un libro de terror. Terrorífico eran aquellas brigadas de bomberos que formaban piras de libros para borrar su existencia. Con ellos desparecíamos todos, y es que en los libros se fija nuestros pensamientos, nuestras ideas, nuestra cultura, nuestra historia.
    Farenheit 451 es una denuncia contra los estados totalitarios, los estados que controlan la cultura, y es que controlar la cultura es imponer unas determinadas ideas, es controlar a los ciudadanos, es ostentar el poder.
    Ray Bradbury fue un escritor maravilloso de ciencia-ficción, obras geniales como crónicas marcianas o Farenheit 451 quedarán para siempre entre nosotros, llenas de vigencia y originalidad.

    Leticia.

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  19. Me subo a esta entrada con la intención de homenajear al célebre escritor Ray Bradbury.
    Hace dos años un gran aficionado a la ciencia ficción y coautor de una wiki de ciencia ficción me lo presentó. Y con él, de paso, al género. Para mí, el género de ciencia ficción era de “frikis”, con temática de ovnis y platillos volantes, que poco me interesaban.
    Tras la lectura de “Farenheit 451” me di cuenta de lo equivocada que estaba y la ignorancia que arrastraba durante muchos años. Me maravilló leer la novela. Su temática totalmente actual a pesar de ser escrita en 1953. Plantea un escenario en el que la sociedad es mantenida en la ignorancia por sus líderes y es dominada por la televisión. Sin una educación, la gente no tiene capacidad de emitir juicios críticos, creen todo lo que la televisión les dice. Así, incluso en un entorno de democracia, el pueblo elige lo que los poderosos deciden.
    Un excelente y uno de los mejores escritores de ciencia ficción.

    ¡Enhorabuena el blog!
    Begoña.

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  20. Hace no mucho (en 2010 según mi baúl de libros) descubrí a este autor a través de su texto más célebre “Fahrenheit 451”. El libro venía como suplemento de un periódico a raíz de una colección de textos juveniles. El hecho de incluir esta obra en una colección de libros juveniles hizo que el prejuicio condicionara mis expectativas y a priori esperara de dicha obra un texto sencillo sin reflexión alguna, pero entretenido. Sumamente grata fue la sorpresa que me llevé al leer la citada obra. Resulto ser un texto sencillo, escrito con claridad y apto para un gran espectro de lectores pero con una importante crítica social. En cierto modo me recordó a otros libros como “Rebelión en la Granaja” o “Metamorfosis”. ¿En qué sentido? En el sentido de que son libros adecuados para una amplia gama de lectores y por tanto la reflexión, el aprovechamiento e incluso las conclusiones pueden ser relativamente divergentes. Lo adecuado de la obra me ha llevado a que la haya empleado en numerosas ocasiones en el trabajo con alumnos adolescentes (de 12 a 18 años). En todos los casos en que he recurrido a esta obra los alumnos han extraído diferentes reflexiones (evidentemente adaptadas a su edad). Por todo ello el objetivo de mi entrada no es otro que homenajear y reclamar un puesto más privilegiado para este autor.

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  21. Gracias a un trabajo de la asignatura de Didáctica de la Literatura en Educación Infantil, he podido conocer este blog. No he dudado en elegir este artículo sobre el escritor Ray Bradburu, con una mente sutil, defensor nato de la libertad, de la poesía, de la fantasía tratada de forma nostálgica, ya que en mi casa tengo muchas de sus obras, teniendo a mi padre como fan nato de dicho escritor.
    Bradbury no sólo es novelista, también ha escrito innumerables guiones de televisión, ensayos y poemas. Sus preocupaciones como escritor no sólo se centra en cuestionar el modo de vida actual, también se adentra en el reino de lo fantástico y maravilloso, con un estilo poético y a veces provocativo. En su niñez, Bradbury fue muy propenso a las pesadillas y horribles fantasías, que acabó por plasmar en sus relatos muchos años después. Ray toma frecuentemente el racismo como tema central de sus relatos, así como la guerra atómica y, como en FARENHEIT 451, la censura y la tecnología.
    Su preocupación profunda por el futuro de una humanidad dependiente de las máquinas es otro de los temas que se pueden ver frecuentemente en los relatos de Bradbury. También reflejan algunas de las ansiedades más características de la América actual, como el deseo de una vida más sencilla y alejada del ajetreo de la modernidad o el miedo a lo ajeno, a lo extranjero. Tampoco es extraño encontrar como tema favorito de Bradbury el miedo a la muerte.
    Sus obras más conocidas son CRÓNICAS MARCIANAS (1950), una obra repleta de poesía y misterio que emociona tanto por la belleza como por el terror helado que suscita, nos habla específicamente de la “colonización” del Planeta Marte por parte de la gente de la Tierra. EL HOMBRE ILUSTRADO (1951), donde tomando como excusa los tatuajes de un hombre se desgranan varios relatos y FARENHEIT 451 (1953), una antiutopía en la que los libros están prohibidos y un grupo secreto de libros vivientes se esfuerzan por transmitir de boca en boca la antigua cultura.
    Uno de los grandes se nos fue y dudo de que volverá a haber alguien que escriba adelantándose tanto a su tiempo.

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    1. La novela de Ray Bradbury, Fahrenheit 451 muestra una sociedad distópica, individualista, superficial, hedonista, alienada, delatora y desprovista de cualquier atisbo de dignidad humana. La censura, la desinformación, la propaganda, la analfabetización y el miedo son las herramientas de las que se sirve el futurista régimen totalitario para inocular su ideología totalitaria.

      Los libros representan una amenaza para el sistema establecido porque la literatura y el arte transmiten ideas, conocimientos, generan identidad y consciencia y por ello han de ser quemados. No es un hecho insólito. Desde la antigüedad ha habido episodios de quema de libros. Merece la pena recordar que en 1992, durante la guerra de Bosnia-Herzegovina el ejército Serbio incendió y destruyó la Biblioteca Nacional de Sarajevo con la intención de borrar la memoria colectiva del pueblo Bosnio.

      La novela resulta tan atrayente porque trata temas sociales, políticos, culturales psicológicos y éticos atemporales.

      La adaptación cinematográfica llevada a cabo por el director francés François Truffaut recrea un ambiente retrofuturista e impersonal que refuerza la sensación de inquietud y desamparo en la que vive la humanidad.

      Aprovecho la oportunidad para felicitarte por tu excelente blog.

      Susanna Baraza
      UNIR

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  22. Encontrar un blog que se familiarice con tus inquietudes es siempre una suerte, porque te hace sentir interrelacionado con otros que están en tu misma onda. Precisamente, Ray Bradbury, escritor de imaginación prodigiosa, dejó dicho en su libro “Crónicas Marcianas” que nada peor puede ocurrirle a un hombre que saber cómo estar solo. Por eso agradezco a la bloguera el recordatorio a un autor que en su día se metió en mi cabeza como un tóxico bienaventurado, porque si existiera una máquina del tiempo siempre elegiría viajar al futuro. Este libro además condensa la historia de la humanidad, su ansía de colonizarlo todo, a veces desde la estupidez y las aspiraciones de poder más dañinas. Esta historia es en definitiva un reflejo de nuestra alma, una odisea llena de humanidad. Y lejos de ser pesimista, el propio autor deja abierto un final esperanzador para que creamos más en nuestras potencialidades que en nuestros defectos. La conclusión que extraigo de su relato es que nuestro destino está en nuestras manos. Su trasfondo ecologista y pacifista está hoy en día de plena actualidad. Y su carga filosófica descrita en frases como que “Los hombres de Marte comprendieron que si querían sobrevivir tenían que dejar de preguntarse de una vez por todas: «¿Para qué vivir?» La respuesta era la vida misma” es un motivo para el positivismo.

    Este libro me recuerda mucho a la película “La otra Tierra” de Mike Cahill que nos descubre la posibilidad de viajar a un planeta exactamente igual que el nuestro en el que podemos enmendar nuestros errores, tener una segunda oportunidad. Diríamos que tanto el libro como la película se adentran en la posibilidad de que el Universo nos permita desdoblarnos en algo mejor o peor de lo que ya somos. Desde luego, Ray Bradbury nos habla a través de sus relatos surrealistas de la supervivencia, la libertad, el miedo a lo ajeno o la guerra. Su código es creativo, nos ayuda a pensar y a tener cosmovisión (lo fantástico y lo misterioso comienza a tener sentido). “Crónicas Marcianas” es una lectura recomendada para 2º de Bachillerato, pero yo la releía hoy mismo.
    Usoa Ibarra
    UNIR

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  23. Tras entrar en el blog “El cocodrilo azul” he visto varias entradas que me han parecido interesantes y que me han llamado la atención, tales como “The three little pigs”, “Día internacional del Holocausto”, “Ray Bradbury”, “El patito feo” “Navidad años 60”, pero al tener que seleccionar una, destaco “Ray Bradbury”.
    Ray Bradbury fue un escritor estadounidense de misterio del género fantástico, terror y ciencia ficción. Sus obras principales fueron Crónicas marciadas y Fahrenheit 451. Ambas novelas fueron llevadas al cine y he de decir que ambas son muy interesantes.
    Crónicas marcianas es una serie de relatos que carecen de una línea argumental fija, pero la referencia contextual y temporal es la misma en todos ellos. Narra la llegada a Marte y la colonización del planeta por parte de los humanos. En este libro se tratan temas perennes de toda la humanidad como la guerra y el impulso autodestructivo del hombre, el racismo, tanto a los marcianos como hacia otras personas, y la pequeñez del hombre ante la naturaleza y el universo. En estos temas tratados en el libro el lector puede verse reflejado en ellos, aunque se trate de una novela de ciencia ficción, ya que si en un momento determinado nos paramos a pensar, el ser humano es “pequeño” en relación al Planeta Tierra y al Universo en el que nos encontramos. Al tratarse el tema del racismo y las guerras puede aprovecharse para comentarlos y evitar que los niños, jóvenes o adultos lo sean, es decir, debemos de educar y ser educados en valores morales y en ningún caso discriminar a nadie, ni generar una guerra por no estar de acuerdo con un tema tratado. Ha de fomentarse el diálogo, el turno de palabra, la solidaridad y el respeto tanto hacia nosotros mismos como a los demás.
    Por otro lado cabe destacar la novela Fahrenheit 451, en la que la sociedad imaginada por la novela, de carácter distópico, los bomberos tienen la misión de quemar libros ya que según el gobierno, leer impide ser felices porque llena de angustia; al leer, los hombres empiezan a ser diferentes cuando deben ser iguales, lo que es el objetivo del gobierno, que vela por que los ciudadanos sean felices para que así no cuestionen sus acciones y los ciudadanos rindan en sus labores. Ésta es una gran e interesante novela, en la que algunas personas valoran y aprecian los libros a través de los cuales pueden aprender y disfrutar leyéndolos, pero sin embargo siempre habrá personas a las que no les interese que tengamos criterio propio y podamos opinar sobre diversos temas. La lectura nos enriquece tanto en el ámbito académico como en el personal. El personaje principal de la novela, Montag encuentra al final de la historia a un grupo de personas llamados “hombres libro”, los cuales me llamaron la atención ya que memorizaban los libros para transmitirlos oralmente y así, algún día poder imprimirlos. Es importante que las historias narradas oralmente queden escritas para que así con el paso del tiempo no se pierdan y puedan leerse una y otra vez. De hecho, he seleccionado esta entrada porque me parecía muy interesante a la hora de llevarla a cabo realizando una lectura o un trabajo al respecto en el aula, además de que personalmente me sucedió algo similar a la novela Fahrenheit 451, no por el hecho de quemar los libros, pero sí por el hecho de narrar un cuento de generación en generación de forma oral, contándoselo mi bisabuelo a mi abuelo, mi abuelo a mi padre y mi padre a mi, el cual ya está transcrito y de esta manera lo podrán leer mis familiares, amigos, etc. Destacaré por último un artículo encontrado por la red: http://www.elnortedecastilla.es/20130426/local/valladolid/placer-leer-oler-cuento-201304262126.html en la que los alumnos de un colegio editan sus propios libros, con esto finalizo mi comentario con que es muy importante que los alumnos lean y para ello hay que motivarlos, siendo ellos los protagonistas de sus lecturas, con las cuales podrán trasladarse y descubrir nuevas historias llenas de misterio y aventura.

    Dolores Moreno Cánovas (UNIR)

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  24. Hola Dolores:

    Yo también soy estudinte de la UNIR. Siendo sincera, al entrar en este foro no sabía lo que me iba a encontrar, debido a mi ignorancia pensaba que la literatura infantil se reducía a los cuentos de los hermanos Grimm. En ningún momento pensé que encontraría comentarios sobre libros como Ana Frank y este farenheit. Creo que es uno de los libros que más me ha llamado la atención a lo largo de la historia. Fahrenheit 451 de Ray Bradbury. Su personaje principal Guy Montag el bombero quema libros que controla el gobierno. Dentro de la Saga que comenzó George Orwell con 1984, o Un mundo feliz, de Aldous Huxley, son los libros que más me han llamado la atención por su visión del mundo dominada por " El gran Matrix". Yo personalmente opino que estos libros preveen un futuro catastrófico, pero bastante posible, y creo que deberían existir adaptaciones para que los niños puedan leer estos tipos de historias y aprender como verlas. Aunque para ser sinceros, el cine ya se está encargando de ello ( con películas como Antz, Hormigaz, chiken run o inluso Wall-e ).

    Un saludo a todos. Y gracias por recordar a un gran escritor.
    MARINA HERNÁNDEZ SARRIÁ

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  25. Ray Bradbury, maestro del género de ciencia ficción, ha muerto, pero sus obras perdurarán. Además, el cine inmortalizó “Crónicas marcianas” y “Fahrenheit 451”.

    Yo leí por primera vez “Fahrenheit 451” siendo adolescente. Al principio, me pareció una utopía irreal, apocalíptica, terrorífica. Sin embargo, sus reflexiones eran profundas, atemporales y actuales. La obra elogia a la lectura, porque: posee capacidad liberadora, sirve para desarrollar nuestro pensamiento crítico o divergente y mejora nuestro nivel cultural. En consecuencia, esto dificultará que seamos manipulados por ideologías políticas o por la publicidad subliminar.

    Los libros sirven para comunicar ideas y preservar la cultura. Por eso, los totalitarismos los censuran y prefieren personas analfabetas, para someterlas fácilmente adoctrinándolas en un pensamiento uniforme.

    Actualmente, se ve demasiada televisión, se lee poco y las nuevas tecnologías están omnipresentes. Aprovechemos sus ventajas para promover la lectura. El género de ciencia ficción tiene ventajas educativas: desarrolla la imaginación y creatividad.

    ¡Enhorabuena por el Blog!
    Emiliano García
    Didáctica de la Literatura. UNIR

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  26. Yo vi la película Farenheit 451 cuando tenía aproximadamente 13- 14 años (estaba en 8º de EGB) por consejo de una profesora y debo decir que me encantó. Incluso se debatió en clase. Tiempo después leí el libro. De eso hace ya unos cuantos años. Para mí, uno de los logros de esta novela reside en la habilidad de Bradbury para conseguir transmitir angustia, una ansiedad inquietante, una atmósfera de miedo que no reside en los habituales recursos del género, sino a través de algo tan original, revolucionario, como es declarar la guerra a los libros porque son el germen del mal, provocan que la gente piense, se cuestione las cosas y por tanto, sea infeliz. Interesante argumento, acabar con la cultura porque es enemiga de la felicidad.
    Esta idea me recuerda lecturas de otros clásicos contemporáneos que se basan en la idea de una sociedad permeable a la manipulación, a la ignorancia impuesta para justificar la felicidad como en Un mundo Feliz de Huxley, los manejos totalitaristas de George Orwell en 1984 o en el campo de la ciencia ficción, Stanislaw Lem con su planteamiento futurista de sociedades robotizadas.
    Farenheit 451 se une a las obras que hacen una crítica contundente con el fin de instruir al lector en los peligros de la manipulación, de sus efectos a través del miedo, del fanatismo, de censura, de libertad. Cuestiones universales.

    Luz Martín Seco
    Didáctica de la Literatura - UNIR

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  27. Francamente nada me ha llamado la atención de la noticia de la muerte de Ray Bradbury. Sin embargo, sí que me gustaría dedicar unas líneas a la obra de este visionario escritor.
    Soy un apasionado lector y de fantasía y ciencia ficción, y por mis manos han pasado libros de Arthur C. Clark, Tolkien, Asimov,… y Ray Bradbury. A este autor lo descubrí tarde, cuando ya me había engullido galaxias de la Fundación, había visto billar rayos C en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhauser y me había perdido por la comarca, en la Tierra Media. La literatura de este género para mí siempre ha significado evasión hacia otros mundos irreales. La capacidad de transportarme a otros universos paralelos sin salir de mi habitación. De esta manera he desconectado de la realidad y me ha ayudado, precisamente, a tener los pies en el suelo en el día a día. Crónicas Marcianas me lo leí hace tiempo y recuerdo un conjunto de relatos sobre la colonización del hombre en Marte. Dentro de setenta o cien años a Bradbury se le catalogará de visionario por haber intuido una relación del ser humano con el planeta marte ya en el ecuador del siglo XX. De hecho, el contexto del momento histórico en que el libro se escribe es significativo ya que en los años cincuenta es cuando empieza la carrera espacial y armamentística de los dos bloques, el occidental y el soviético. Además, si observamos la cinematografía de la época nos daremos cuenta que había una obsesión con el planeta marte y los marcianos, como Flight to Mars, The Day the Earth Stood Still (Ultimátum la Tierra), Red Planet Mars,…. Como decía Borges sobre Marte: (…) su profecía nos revela como un desierto de vaga arena azul, con ruinas de ciudades ajedrezadas y ocasos amarillos y antiguos barcos para andar por la arena. (…).
    Otro libro que entra dentro de la categoría profética es Fahrenheit 451 ya que el autor nos presenta un mundo predestinado. Al igual que Un mundo Feliz de Huxley, 1984 de Orwell y películas como Brazil, Matrix, Gattaca, La Isla, o el Show de Truman… el autor pronostica una humanidad conformista sin identidad individual (porque hay un poder superior que lo suprime), donde no existe la libertad y hay un control y una vigilancia enfermiza de los ciudadanos.
    Dos novelas imprescindibles para los amantes de la ciencia ficción y para todos aquellos que les gusten los libros les hagan reflexionar sobre la relación entre la sociedad y la tecnología.


    Joan

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  28. "Escribe una historia corta cada semana. Es totalmente imposible escribir 52 malas historias seguidas.", decía el intelectual de Ray. En su memoria, escribo mi historia corta semanal, deseando que ésta sea de su agrado.

    Ray Bradbury nos dejó un legado literario que me impresiona, por eso os invito a adentrarse en su enardecida capacidad para transmitir historias como la que engatusó al bueno de Truffaut en “Fahrenheit 451” y dejó en ella uno de sus credos más genuinos que me gustaría comentar con vosotros.

    Una de la crisis más importantes de nuestra sociedad, atacable a nuestros gobiernos en su afán de que no leamos, es que precisamente les hacemos caso…. No leemos. No entendemos. ¡¡¡Tenemos que reaccionar!!!


    Por eso, me parece curiosa la película de Brad…



    En su película, los bomberos ya no extinguen fuego, sino que queman libros, porque, según su gobierno, leer hace que no cuestionen sus acciones.

    ¿Os suena…?

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  29. Buenas tardes, en este foro del blog de El cocodrilo azul he elegido la parte de Ray Bradbury. Había visto la película de Farenheit 451 hace años que me gustó mucho y pensaba en las ideas más allá de Bradbury que se imaginaba estas situaciones poco realistas de un gobierno que pensaban que la lectura era el veneno de la sociedad y que había que quemar todos los libros para vivir bien y no tener problemas de ningún tipo. Esto es muy típico de algunos gobiernos que intentan manipular a la gente para que no sean más que los gobernantes.

    Aún recuerdo la película y todas las cosas que habían pasado en él como el control del gobierno, los bomberos que iban a las casas a quemarlos porque tenían libros. Los pobres ciudadanos estaban atemorizados por todo el mal que les podía pasar. Otra persona hablaba del autor de esta novela que decía que no existía una identidad individual que era superior al poder y que había un control y vigilancia a los ciudadanos.

    He leído este foro y veo que a muchos igual que yo, recuerdan muy bien esta película o el libro y que les ha encantado la película o el libro de Ray Bradbury

    Lo que comenta este artículo es muy cierto, cuando fallece un escritor, un productor de cine o un músico es cuando se aprecian más y se venden más sus obras. Es una gran pena que no se pudiera apreciar más los trabajos de estas personas cuando están vivos ¿no?

    Saludos

    Javier
    Didáctica de la Literatura - UNIR

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  30. Ray Bradbuy! He de admitir que mi primer contacto con este escritor fue de casualidad, viendo la excelente película de Truffaut, en uno de ésos programas juveniles de mañana de sábado de la década de los 80, creo que era 3,2,1, contacto o Sabadabadá. También debo decir que me impactaron mucho los valores que se mostraban en el film, así como su estética, en parte gracias al acertado enfoque del director.
    Bomberos quemando libros, la sociedad manipulada por los medios de comunicación, gente recordando libros enteros,… todas ellas eran imágenes del film que dejaron gran mella en mi memoria, la de un chavalín bastante ignorante y poco precoz.
    Quiero destacar que el propio Ray Bradbury se autodenominaba como un escritor de fantasía, que no de ficción, lo cual denota una tremenda responsabilidad y compromiso personal en el acto de escribir, acompañado de una visión romántica y moralizadora.
    Ramón Salla (DLEP 2013/14 - UNIR)

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  31. Buenos días,

    Efectivamente, como se comenta, nos acordamos y valoramos lo que tenemos cuando lo perdemos. Es triste y egoísta pero parece común a todos los seres humanos. Con la muerte de Ray Bradbury nos percatamos de la importancia de una pérdida, de una persona en primer lugar y de un autor creador de fantasía capaz de vender más de 8 millones de ejemplares de sus obras en todo el mundo.

    Des de su compromiso con el presente, Bradbury critica mediante sus obras futuristas como Farenheit 451, el rumbo que estaban tomando los eventos en la sociedad Americana de 1953. Su inspiración, la censura de libros en Estados Unidos, al igual que la quema de libros en la Alemania Nazi en 1933. De alguna manera Bradbury ha potenciado la lectura como fuente de libertad i de prevención.

    Estas obras permiten tomar perspectiva de la realidad que se está viviendo en un momento dado, permiten reflexionar, nos abren los ojos y nos permiten prevenir de porvenires futuros catastróficos donde la libertad del ser humano se quiebra al privarle de la cultura que aflora de la lectura y de la libertad de expresión.

    La lectura de Farenheit 451 cuando era adolescente me impactó, en primera instancia me atrajo el significado del título, la temperatura en la cual el papel empieza a combustionar, seguidamente me leí el libro y me impresiono puesto que me hacía imaginar escenarios futuros, empatizaba con el protagonista i temía al gobierno autoritario en el que se desarrolla la acción. Me preguntaba si era posible tal situación i como se podía haber llegado a ese extremo. Con la lectura me divertía, me distraía, me evadía y me preocupaba al mismo tiempo que el pensamiento crítico empezaba a sazonar mi cerebro.

    Este tipo de libros me apasionaban, descubrí que la ciencia ficción y las sociedades distópicas se escondían también en novelas de George Orwell y de Aldous Huxley.

    Ha muerto una persona y una mente irrepetible pero sus letras seguirán revolviendo mentes y formando y alimentando personas críticas.

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  32. Efectivamente, la muerte de Ray Bradbury fue un acontecimiento triste para todos aquellos amantes de la literatura en general y de la ciencia ficción en particular. Recuerdo especialmente aquel día, pues yo también hice en clase referencia a los chicos sobre la importancia de Bradbury y su obra.

    Fue un escritor admirado por literatos tan reputados como Jorge Luis Borges, y su producción literaria es intergeneracional, pues puede ser disfrutada tanto por lectores jóvenes y primerizos, que encuentran en sus novelas aquella obra iniciática que tanto te marca en la vida, como por lectores maduros y experimentados, que saben ver nuevos matices en cada relectura de cualquiera de sus libros.

    Definir la S/F (ciencia ficción) o las sociedades distópicas (en contraposición al concepto de utopía de Tomás Moro), así como saber entrever la crítica social que subyace del citado género, son cuestiones subsidiarias a la propia importancia del autor y su obra que también puede ser tratadas y comentadas entre los alumnos en clase.

    En concreto, considero que Crónicas marcianas, por su estructura de relatos, es un libro óptimo para ser disfrutado en la juventud, pues su lectura resulta sencilla sin dejar de ser transcendente y poética, y nos aproxima de forma directa a la lectura de obras clásicas del siglo XX.

    En definitiva, pese a su carga dramática, hacer necrológicas de autores puede ser una forma accesible e inmediata de suscitar entre los más pequeños el gusto y el interés por la lectura y la literatura.

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  33. Entrar en este blog es como que una “fashion victim” entre en un centro comercial. Empiezas a mirar y hay un amplio abanico de libros y vídeos inspiradores, y puede perder la noción del tiempo durante horas. Elegir el más interesante o el que más me ha llamado la atención es como pedirle a la compradora compulsiva que elija solo un par de zapatos.

    A veces cuesta encontrar literatura para satisfacer a intereses e inquietudes concretas, o bien para camelar a una persona que se muestra reticente a leer, no a todos los niños y niñas les gustan los cuentos tradicionales de príncipes y princesas, y debemos de abrir las puertas a nuevas experiencias literarias. Los libros son una herramienta para conocer mundos no reales, pero también viajar a mundos que podrían existir, o que realmente han existido.
    Por este motivo he elegido este post, el del viernes, 8 de junio de 2012, que brinda un pequeño homenaje a Ray Bradbury. Hace años vi la película Fahrenheit 451, y recuerdo que me impactó, fue de esas que “dejan huella”, en la película los libros están prohibidos de modo que pueblo está privado de información, de saber, de sueños, de placer, de historia, y de libertad. Es un libro idóneo para transmitir el propio valor de los libros, la democracia, el poder, y la importancia de la literatura como finalidad en si misma. Leer por leer.
    En definitiva quiero agradecer la existencia de este espacio virtual que acerca y difunde los libros, es en cierto modo una versión virtual de los “hombres libro” que creó el propio Ray Bradbury.

    Ariadna

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  34. Carlos Ruiz Eizmendi7 de agosto de 2014, 7:44

    Desconocía totalmente hasta qué punto el universo literario infantil y juvenil podía extenderse. Con este blog me ha quedado claro que la cantidad de literatura y autores dedicados a ella es ingente.

    En el apartado historia ha habido 2 noticias que me han llamado la atención. Me atraía la idea de hacer un comentario sobre el centenario de la muerte de Bram Stoker, autor de la conocida obra Drácula. Libro que nunca he llegado a leer pero cuya adaptación cinematográfica se encuentra entre una de mis películas preferidas.

    No obstante, he querido hacerme eco de la muerte de Ray Bradbury, autor californiano, que hasta la fecha me era desconocido. Lo que más me ha impresionado es que mucha gente lo conocía. Por desgracia, la muerte suele ser un punto en el cual mucha gente llegamos a conocer autores de los cuales nunca habíamos oído hablar y es en ese momento en el que lamentamos no haber sido conscientes de su trabajo. Sin embargo, la magia de la producción escrita hace que las obras sean imperecederas y tendré la oportunidad de sumergirme en su obra. Con una extensa producción desde 1950 hasta 2005, comenzaré por las renombradas Crónicas Marcianas y Fahrenheit 451.

    Seguro que un nuevo mundo de ideas y expresiones me espera a la vuelta de las páginas.

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    1. Qué agradable experiencia volver a recordar –no sin algo de esfuerzo– aquellos libros que yacían cubiertos de polvo en un rincón apartado de mi memoria. Es sabido que echar la vista atrás puede producir nostalgia a cuenta de épocas felices o alegría por la superación de momentos que no lo fueron tanto, pero para mí, en este caso, ha supuesto recuperar algo que ni siquiera sabía que había perdido. Porque desde ahora y durante un tiempo que solo el destino conoce, esos libros ya no estarán cubiertos de polvo.
      Dejo mi comentario en esta entrada porque necesitaba elegir alguna entre aquellas que me habían hecho recordar, pero tengo que empezar reconociendo que no he leído nada de Ray Bradbury, aunque sí conocía su obra gracias al cine. Recorriendo el tiempo a la inversa, he de decir que a pesar de que la ciencia ficción nunca fue mi género literario preferido –en contraposición al género cinematográfico, que me atrae enormemente– una de las novelas que marcó mi juventud fue la saga de Ender, de Orson Scott Card, cuyos tres primeros libros me cautivaron. Algo más adolescente me pilló la afición a las novelas de misterio, entre cuyos autores destaco a Edgar Alan Poe, H.P. Lovecraft, Bram Stoker y Agatha Christie, que hicieron mis delicias sin provocarme terror ni pesadillas. Ya como estudiante de BUP y EGB, recuerdo con mucho cariño al Lazarillo de Tormes, a la Celestina, y al gran Benito Pérez Galdós. ¡Cómo me enganchó Trafalgar! Y puedo acabar este comentario sin mencionar un par de novelas de aventuras y capa y espada a las que recuerdo con gran ternura: La isla del tesoro de Stevenson y Los Tres Mosqueteros, de Alejandro Dumas.

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  35. Cuando yo era pequeño, el amor por la lectura se inculcaba de forma diferente a como me parece observar en la actualidad. No existía una oferta tan variada de literatura infantil y juvenil como hoy en día. El mercado manda, y muchas editoriales han visto el negocio en este sector. Yo leí cosas siendo menor de edad que quizá hoy no se recomendarían a un imberbe, pero no me vino mal, así que no veo por qué no podría escoger alguno de mis "incunables" particulares y utilizarlo como estímulo para mis futuros alumnos, especialmente los que se encuentran al final de la etapa de primaria. Pienso que sería interesante conocer a cada alumno en particular para intentar descubrir qué tipo de literatura le motivaría más. Hay clásicos, como Los Cinco, que proponen aventuras con intriga sin dejar de ser infantiles. A otros, quizá más maduros, podría gustarles la ciencia ficción, ¿por qué no recomedar la primera parte de la saga de Ender a un alumno de once años a quien le gusta la ciencia ficción? Lo mismo con La isla del tesoro, para quien se destape como un amante de las historias de piratas, o las novelas de Julio Verne para los más aventureros. ¿Por qué toda la clase debería leer siempre la misma novela? Sé que es más fácil decirlo aquí que llevarlo a la práctica, pero ahí queda. Al final se trata de conseguir que descubran el placer de leer antes de que se den cuenta de lo importante que será en el futuro haber leído, cuanto más mejor. Por nosotros que no quede.

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  36. Siempre me ha apasionado la ciencia ficción, y cuando a mis doce - trece años preguntaba a mis padres qué podía leer, siempre me señalaban una antigua colección de más de 100 libros de tapa azul y plateada, de la editorial Orbys, que habían ido comprando semana tras semana en el quiosco. No sólo conocí y me deleité con Isaac Asimov, Clifford D. Simak, Roger Zelazny o Arthur C. Clarke, sino que sobre todo, me encontré con la inigualable "Farenheit 451", que me hizo cuestionarme a temprana edad cómo podría existir ese mundo sin libros, tan vacío y desesperanzador y lo terrible que podría ser mi vida en esa realidad distópica.

    Tras esta lectura siguió "Crónicas marcianas", lógicamente, y fue mayor mi sorpresa cuando me di cuenta que había visto una mini serie en televisión sobre este mismo libro, que ya en su día me había causado una profunda e inquietante impresión. Recordaba perfectamente que su actor protagonista era Rock Hudson (siempre me gustaron sus películas con Doris Day) y lo desconcertante que había sido la historia. Nada mejor que el libro original para reproducir ese sensación de desasosiego e inquietud ante la propia humanidad.

    Gracias por ayudarme a recordar a este gran escritor y la importancia de sus obras.
    Isabel Colmenar (UNIR)

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