Hoy he bajado a por una maleta y he subido con nueve libros. De repente mi vista a caído sobre una de mis novelas favoritas
La editorial Juventud, en los años 60, -esta novela data de 1965-, llenó nuestra vida con esta inolvidable pandilla. Esta la leí varias veces, eso lo recuerdo bien, lo que no recuerdo exactamente es la razón por la que esta aventura me gustaba más que otras. La traducción es de Mª Victoria Oliva y las ilustraciones de José Correas. Desde entonces soy aficionada a las novelas policiacas, ahora me gustan mucho Donna Leon, Anne Perry y Andrea Camilleri. El efecto que producían en mí Los Cinco, lo producen el inspector Brunetti, el inspector Montalbano y el inspector Pitt; auténtico entretenimiento y fascinación.
En literatura infantil, a nivel de especialistas, quiero decir, Enid Blyton no está bien considerada, porque se dice de ella, al igual que de J.K. Rowling, que es una escritora fácil. Creo que ambas son estupendas por la sencilla razón de que hicieron lectores y ese debe ser, creo, el objetivo del escritor. Luego, los lectores evolucionan y leen otras cosas, Literatura con mayúsculas, pero es imposible adentrarse en ella sin haber pasado por esta.
A renglón seguido y habiéndome olvidado completamente de la maleta, otra sorpresa, Rin-Tin-Tín
En este caso, la Editorial Bruguera, con su popular Colección Historias, llenó los años 60 de aventuras. ¿Quién no ha soñado con Rin-Tin-Tín y desde luego, con tener un perro igual? Además existía la serie de TV, que puede equipararse en popularidad a la de Rex. Había otros libros de este extraordinario pastor alemán en el trastero, pero sólo he subido este porque El asalto al rancho me lo leí igualmente repetidas veces. Me doy cuenta que de pequeña hacía lo que ahora no hago, repetir lecturas. Bueno, ahora repito las que hace mucho que no leo, bien porque me gusten o por necesidad del trabajo, más bien por la segunda razón. Este libro es la 2ª edición, de 1964.
Otra aventura en el Imperio Romano
Igualmente querida y recordada esta otra novela decimonónica, puesta en nuestras manos por Bruguera en 1967. Esta es la 2ª edición, de 1968, con traducción de José A. Vidal e ilustraciones de Luis Casamitjana. La de la cubierta es de Vicente Roso. Hay que destacar de esta colección que nos acercó a la literatura del XIX, a las aventuras que después, o al tiempo, contemplábamos embelesados en el cine y a veces en televisión. Íbamos de una época a otra, de un continente a otro, soñábamos con los lugares, con los personajes, participábamos en sus vidas. El papel de esta colección no puede ser peor, pero no importaba nada, áspero y sin brillo, ahora amarillento, pero ¡cuántos ratos dejando volar la imaginación!
Los lectores del blog se preguntarán que cuántas novelas favoritas tengo y me doy cuenta que muchas, porque hay lecturas para todas las edades, para todos los momentos del día y de la vida. Los libros son como la música, se coge el que se necesita. Ahora estoy leyendo cuatro, cada uno en su momento.
Y cuando iba a coger por fin la maleta, ¡otro recuerdo! este ya adolescente
Con este libro me sumergí a los 15 años en un mundo que desconocía, el de las minas. Las novelas de Martín Vigil, se pusieron de moda a finales de los 60 y en los 70, por su fuerte contenido social. Eran novelas escritas para los jóvenes, para que conociéramos la realidad social de España, muchos aspectos que ignorábamos; pasaron a formar parte de nuestro imaginario y despertaron un deseo e inquietud por cambiar las cosas y por trabajar por la igualdad. En la adolescencia se despiertan especialmente sentimientos de solidaridad. Estos libros consiguieron despertar muchas inquietudes. Eran considerados "sospechosos y revolucionarios", pero ahí estaban y pasaban de mano en mano a escondidas casi, en 5º y 6º de bachillerato. La mejor propaganda para un libro es el boca a boca. "¿Lo has leído?" "En cuanto lo termines, pásamelo y yo te dejo, Un sexo llamado débil, que me lo han regalado en mi cumpleaños". La editorial Juventud de Barcelona, se hizo una vez más con los libros más leídos de la época.
Los he guardado en la maleta y me los he subido a casa. Ahora los colocaré en su sitio, con otros similares, no sé qué hacían ahí abajo.
Los otros cinco libros son más antiguos, ediciones de los 40, que tampoco sé qué hacen fuera de su sitio. Pero esos, que no despiertan recuerdos de infancia porque pertenecen a la generación anterior, los comentaré otro día. Están leídos también, pero ahora me quedo con este gratísimo recuerdo, Los Cinco, Rin-Tin-Tín, Pompeya, Martín Vigil. Lecturas que hicieron lectores.