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martes, 16 de abril de 2013

HOMENAJE AL MAESTRO

Hay un libro que recomiendo especialmente a los profesores, aunque puede leerlo cualquiera que se interese por la educación, que es Mal de escuela, de Daniel Pennac, trad. de Manuel Serrat Crespo, en Ed. DeBolsillo, Barcelona 2011 (4ª edición).

Para los que quieren ejercer esta profesión es un descubrimiento, para los que ejercen es un gran consuelo y a todos puede darles idea de lo que es un aula y de cómo enfrentarse en el día a día de forma práctica a los efectos de nuestra cultura o civilización, realmente no sé cómo llamarla, por un lado azotada por la inestabilidad y la injustificia y por otro más desarrollada que nunca,  tecnológicamente hablando;  en cualquier caso, una cultura encardinada en un montón de contradicciones individuales y colectivas que generan una inevitable inestabilidad en el alumnado, al que tenemos la costumbre de calificar como imposible.

La cuestión es que Daniel Pennac dedica el libro al zoquete y sus páginas, de marcado carácter autobiográfico, destilan sabiduría, intuición, paciencia y humor, al tiempo que sirven para rendir homenaje a los buenos maestros, a los que todos hemos tenido, a los que siempre permanecerán en nuestro recuerdo.

El sexto capítulo del libro titulado "Lo que quiere decir amar" contiene en el apartado 4 el texto siguiente:

"En vez de recoger y publicar las perlas de los zoquetes, que alegran tantas salas de profesores, debería escribirse una antología de buenos maestros. La literatura no carece de tales testimonios: Voltaire rindiendo homenaje a los jesuitas Tournemine y Porée; Rimbaud mostrando su poemas al profesor Izambard; Camus escribiendo cartas filiales al señor Germain, su amado maestro; Julien Green haciendo brotar en su afectuosa memoria la imagen llena de colorido del señor Lesellier, su profesor de historia /.../
Si, además del de los maestros célebres, esa antología ofreciera el retrato del profesor inolvidable que casi todos nosotros hemos conocido una vez al menos en nuestra escolaridad, tal vez obtuviéramos ciertas luces sobre las cualidades necesarias para la práctica de ese extraño oficio".





                                                 

33 comentarios:

  1. ¡Buenas tardes!

    La entrada me ha resultado muy pertinente en estos días que corren, en que por un cúmulo de razones se viene desprestigiando al gremio de maestros. En algunos rincones encontramos luces en el camino como la serie de novelas que nombras. Ojalá que mucha gente lea y reflexione sobre estos homenajes... (lo digo como escritora, como maestra, pero también como una ciudadana más).

    Un abrazo,
    Isa Romero Cortijo.

    "Pablito" está a punto de nacer...

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  2. Me ha llamado muchísimo la atención la aportación de Ana María Navarrete sobre el libro “Mal de escuela” de Daniel Pennac, tuve la oportunidad de leerlo y lo recomiendo abiertamente a todos aquellos que no lo hayan leído todavía, es un libro que invita a reflexionar sobre la práctica docente, muy interesante.

    En el libro, Pennac hace un repaso bibliográfico a su pobre experiencia escolar, era el comúnmente llamado “zoquete” de su clase, sin posibilidades de éxito en la vida hasta que un día es rescatado por varios profesores, los cuales, a través de su amor por la profesión y su dedicación consiguen sacar lo mejor de Pennac, hasta tal punto, que Pennac llega a ser un gran profesor.

    Pennac, defiende la figura del profesor como una persona cercana, flexible y empática y no aquella que lo sabe todo o que infunde temor. Los tres profesores que salvaron a Pennac y le devolvieron la confianza en sí mismo, realizaban algo más que vomitar conocimientos, eran buenos comunicadores, despertaban la motivación intrínseca del alumno, con su propia actitud entusiasta, valorando el camino que emprendía el alumno hacia un objetivo, es decir, su esfuerzo, y no simplemente sus resultados.

    En la actualidad las nuevas tecnologías y una gran variedad de recursos materiales están al alcance de todo docente, Pennac no contaba con tal diversidad. Los libros, cuadernos, pizarra y lápices eran sus únicos aliados, pero por el contrario contaba con una metodología participativa, que sin duda se basaba en ver al estudiante como autor de su propio aprendizaje, Pennac ejercía de orientador y facilitador del aprendizaje de sus alumnos, ofreciéndoles la oportunidad de reflexionar, dialogar y trabajar en equipo.

    Finalizo con una frase del libro que para mí es muy significativa, “todo trabajo merece salario”.

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  3. Cuándo leí “Mal de escuela” lo hice por obligación. Debía realizar un trabajo para la universidad sobre este libro y de este modo lo empecé, sin demasiadas expectativas. Dos días después acabé de leerlo, y no por exigencias de fechas, sino por lo que me entusiasmó.

    Creo que lo más interesante del libro es que está relatado por un “mal alumno” y un “buen profesor”, que son la misma persona en momentos diferentes de su vida. Es muy útil para aquellos adultos que han crecido sin entender nada en la escuela, y que ya de mayores entienden que no era culpa suya, sino que no les enseñaban conforme a su manera de aprender. La educación escolar ha tendido a vestirse “de uniforme”, es decir, igual para todos.

    Hay una imagen que me gustaría colgar pero no logro hacerlo, que refleja de un modo muy claro y divertido nuestro sistema educativo. En ella aparece un hombre detrás de un pupitre que da una orden a sus alumnos para pasar un examen: les dice que para poder pasarlo todos tendrán que subir al árbol que tienen detrás. El problema que los alumnos son un mono, un pingüino, un elefante, un pez, una foca y un perro.

    Si me ha llamado la atención el post de Ana María Navarrete es por su alusión a Daniel Pennac y su recomendación a leerlo por todos los maestros y futuros maestros, como es mi caso. Y estoy de acuerdo.

    También me gustaría destacar el concepto del “amor a los alumnos” nombrado en el libro, pues Pennac cree que el amor es fundamental para la transmisión de conocimientos y valores, y que si un maestro carece de el amor por la enseñanza, nunca, y repito nunca, será un buen maestro.

    ¡Gracias a todas!

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  4. Buenas tardes,
    Estoy de acuerdo con lo recomendable que es este libro. Una buena experiencia para todo el que lo lee y más si es maestro o quiere llegar a serlo.
    Creo que este libro hace reflexionar al lector sobre lo que significa la escuela, los problemas y dificultades de ser profesor.... y ALUMNO!!.

    Como se nombra también en los comentarios anteriores, Pennac hace referencia a la importancia del amor por los alumnos para poder transmitir adecuadamente los conocimientos y guiar así hasta el aprendizaje.

    En un blog como este, en el que la lectura es la base.... este libro creo que por supuesto tiene que tener un hueco.

    Saludos

    Javier Manteca Velasco

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  5. Hola a todos los seguidores de este blog!
    Primero me gustaría felicitar a Ana Mª Navarrete por este delicioso blog. Lo he conocido a través de la UNIR y me parecen estupendos sus comentarios sobre libros, lecturas, educación…
    Después comentar que tomo nota sobre su recomendación sobre el libro Mal de escuela, no tengo ninguna duda sobre su lectura, ahora que estoy estudiando el Grado de Primaria. Espero que me ayude a entender un poco más esta profesión que he elegido y que tanta críticas despierta.
    Estoy de acuerdo con la entrada, a menudo andamos quejándonos de los profesores, las escuelas, las leyes educativas, etc pero muy pocas veces recordamos a los buenos profesores que todos hemos tenido a lo largo de nuestra escolaridad. Mi homenaje es para mi profesora de lengua castellana y literatura de 2º de primaria. Como me gustaba oírla leer en voz alta! Como disfrutaba oyéndola entonar, y cambiar las voces de los personajes! Esa admiración que sentía entonces me ha servido para mejorar mi forma de leer y para entender la importancia de la lectura. Ahora cuando leo cuentos a mi hija de 5 años intento imitarla. Ella me introdujo en la lectura y nunca le estaré suficientemente agradecida. Era una persona entusiasta de los libros y de los autores, que nos animaba a leer y a escribir cuentos y poesías. En aquel momento, creo que todos los niños de clase estábamos entusiasmados con ser escritores. Ahora que me quiero dedicar a la enseñanza, espero que algo de su buen hacer perdure en mí. Gracias a Mª José y a todos los buenos maestros, que un día admiramos y nos enseñaron a ser mejor personas, mi más sincero homenaje.
    Un saludo

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  6. Hola Ana María, en 1º de carrera leí este libro y he recordado algunos puntos que el gran Penacc me hizo ver:

    Siempre calificamos a los malos estudiantes como unos desastres en el futuro, y Penacc es uno de los mejores ejemplos para negarlo. Leímos este libro en 1º de carrera, y me recordó en cierto modo a uno de mis hermanos, que desde siempre ha sido un mal estudiante, y nadie excepto mi madre confiaba en que pudiera sacar ni la ESO, ni mucho menos bachillerato, y con esfuerzo (pero no muchas ganas) lo consiguió
    Por otro lado recordar cómo refleja el autor la figura de su madre, una madre sufridora que lo que más desea es ver felices a sus hijos; para mí Penacc representa a todas esa madres que por una razón o por otra, sus hijos no han querido estudiar, o les ha costado más, y han animando a sus hijos hasta el momento de desvanecerse, y han conseguido “levantarse” solamente por el simple hecho de ver felices a sus hijos; personalmente me gustaría mencionar a mi madre que la considero una de ellas.
    También me gustaría mencionar al padre de Penacc, un señor que la verdad no daba mucho por su hijo, es decir nunca hubiera pensado que ese “zoquete” iba a llegar a ser alguna vez profesor; quiero destacar la carta que le envía el padre de Penacc, a éste, donde lo único que le importa a Penacc es la palabra escrita por su padre: profesor, en mi opinión cuando recibe esta carta y ve que su padre lo ha calificado como profesor siente una tremenda satisfacción personal, y creo que en ese momento Penacc se debió de sentir muy orgulloso de haber llegado donde ha llegado y seguramente que echó una mirada hacia su horrible etapa estudiantil y recordó aquella carta donde le escribía a su madre comunicándole sus terribles notas.

    ANA ÁLVAREZ GARCÍA

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  7. Ana Álvarez García 4º educación infantil UPC

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  8. Buenas tardes,

    En cuanto he leído esta entrada he recordado que había leído este increíble libró hace dos años. Es una maravilla y desde el principio hace que te adentres y que reconozcas la realidad de esos seres tan secundarios que Pennac llama "zoquetes".

    Muchos de nosotros hemos tenido etapas en nuestras vidas en las que hemos sido más rebeldes y muy pocas veces han tirado de nosotros, por eso este libró me parece un gran homenaje a la obra del buen maestro y a la esperanza puesta en el peor de los casos.

    Muchas gracias Ana por recordárnoslo.
    Un grato saludo


    Iria FerreñonRodríguez
    Universidad Pontificia Comillas

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  9. Ana, buenas tardes:

    Quiero darte las gracias por hacer alusión al libro “Mal de escuela”. Un libro “de mesilla” para profesores, futuros docentes y sobre todo para padres, para que sepan que un mal profesor de su hijo es suficiente para que éste se hunda en el pozo.

    Pennac, continuamente se llama a sí mismo “zoquete” recordando su pasado de niño en el que le consideraban un fracaso: “un zoquete sin fundamento histórico, sin razón sociológica, sin desamor un zoquete en sí”.

    El ideograma (página 27), representa al buen profesor, al que le ayudó al autor a dejar de ser “zoquete” para convertirse en un gran profesor. La caligrafía de la letra b se va transformando en monigotes. Al principio el monigote lleva la cartera del colegio, que abandona en la siguiente secuencia (desinterés por el estudio), hasta que finalmente el alumno se sumerge en un pozo. Con la ayuda del BUEN PROFESOR (pescador), le “pesca” y consigue que el alumno retome los estudios. No olvidaré nunca este ideograma, me impactó cuando leí el libro.

    Constantemente hace referencia a los profesores que le han transmitido valores y conocimientos. Valores que Pennac ha tenido en cuenta y le han ayudado a dejar de ser un “zoquete” a convertirse en un buen profesor. Cuando yo ejerza la docencia, me gustaría darme cuenta de las dificultades de cada uno de mis alumnos, para ayudarles, motivarles en el proceso de ser persona. Lucharé, para que ninguno que haya pasado por mis manos se sienta zoquete.

    El reencuentro del profesor con sus antiguos alumnos, me parece una parte muy bonita del libro. Ana, como dices, todos recordamos a algún profesor que hemos tenido. Yo, recuerdo con especial cariño a una profesora que tuve en tercero de Educación Primaria. La recuerdo porque además de enseñarnos de una manera muy agradable todas las materias, era trabajadora, iba a clase con su materia bien preparada, pero sobre todo la recuerdo porque era justa, a cada uno nos ponía la nota que nos merecíamos.

    Hoy en día, más que nunca se necesitan en los colegios e institutos buenos profesores como Pennac. Se eliminaría el fracaso escolar, reaccionarían los ni-ni (ni estudian, ni trabajan). Es necesario que los alumnos terminen sus estudios y puedan integrarse en el mercado laboral, ya que el futuro depende de los jóvenes.

    Ojalá, cuando acabe la carrera, salga como una experta pescadora y con mi caña llena de conocimientos significativos para recoger al vuelo a cada uno de mis alumnos.

    Isabel Jiménez Macho
    3º Magisterio Educación Primaria
    Universidad Pontificia Comillas

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  10. Quisiera comentar esta entrada ya que me ha llamado la atención debido a que conozco y he leído el libro.
    Daniel Pennac en el libro “Mal de Escuela” en la página 58 nos dice que “Nuestros <> … nunca van solos a la escuela. Lo que entra en clase es una cebolla: unas capas de pesadumbre, de miedo...” “Aquí llegan con el cuerpo a medio hacer y su familia a cuestas en la mochila. En realidad la clase solo puede comenzar cuando dejan el fardo en el suelo y la cebolla ha sido pelada”.
    Si no fuéramos más allá diríamos que las mochilas están llenas de libros y demás materiales para la escuela. Sin embargo, podemos pensar que esas mochilas no son tanto físicas sino que se refieren a los conocimientos, experiencias, creencias y valores que traen de casa a la escuela. Como maestras, debemos saber que el colegio y los profesores son una gran influencia para los niños pero no debemos olvidar que esto no lo es todo. Éstos cuando entran en nuestra aula ya tienen ciertas bases formadas debido a la sociedad que les rodea y a otro componente esencial en su formación y desarrollo que son las familias. Cuando llegan estos “zoquetes” como maestros hemos de encontrar la razón por la que no progresan. Esto lo podemos encontrar en esas “mochilas” que llevan a cuestas. Lo primero que tendemos a pensar, siguiendo con la metáfora de las mochilas, es que su situación familiar no les ayuda. Sin embargo, pueden provenir de una familia de mentes privilegiadas y padres inteligentísimos y aún ser incapaces de avanzar a un ritmo que los profesores creamos normal. A pesar de ello, estas dos posibilidades no son las únicas que se dan pues, hay mil causas por las que alguien puede no avanzar tan rápido como los demás. Asimismo, podemos pensar que quizá un profesor anterior le ha condicionado a odiar cierta asignatura o a creer que no sirve para el estudio. Esto también va dentro de la “mochila” y a pesar de que no podemos olvidar por completo lo que hay en ella, ya que también está el nivel de desarrollo en el que se encuentra el alumno, debemos intentar tratar la situación con normalidad y creer en él.
    En conclusión, creo que no debemos olvidar todo lo relacionado con su nivel de desarrollo pero no es hasta el momento en el que les hacemos olvidar todo lo que les impide avanzar cuando éstos consiguen llegar a formarse y ser algo. Con lo cual, como profesores tenemos una gran responsabilidad para que se dé la completa formación de nuestros alumnos.

    Ana Varela Ponce de León
    4º Educación Infantil
    Universidad Pontificia de Comillas


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  11. Hola Ana, me he sentido entusiasmada al ver que habías escrito sobre este maravilloso libro. Como maestra en formación he leído este ejemplar y sin lugar a dudas no me dejó indiferente, motivo por el cual le recomiendo a todos los maestros y futuros maestros, al igual que tu hacías en esta entrada del blog.
    Es significativa la cantidad de veces en la que Pennac cita la palabra “zoquete” es como si el autor me hubiese ido mostrando un libro que posteriormente iba a enseñar a todos aquellos profesores que pasaron de él , a aquellas personas que dudaron que llegara a ser algo más que un simple “ zoquete” y que hubieran preferido que no existiera. Para mí esta lectura fue maravillosa, parecía que me estaba embarcando en una historia que me mostraba todo lo que no debo hacer si deseo ser una buena maestra.
    Entre otras cosas, es un libro un tanto reflexivo no sólo por la historia que plasma sino también porque te ayuda a ser consciente de lo importante que es el tiempo. Si, ya sabía que pasa volando, pero tras su lectura me hice más consciente de ello y comprendí que a pesar de que es fugaz hay que ser paciente porque si realmente deseamos una cosa antes o después vendrá, como Pennac que aunque tardó diez años en hacerse maestro fue feliz con su profesión y la desarrolló desde mi punto de vista de la mejor manera posible : guiando a todos sus alumnos procurando que ninguno descarrilara, incluso a aquel que parecía “ imposible”.
    La verdad que yo me sentí identificada con este libro porque en parte refleja lo que yo deseo ser, una maestra preocupada por sus educandos, tanto por los “zoquetes” como por los “golosinas”. Y alguien podría pensar ¿y que empeño tienes en preocuparte tanto por ellos? Pues muy sencillo, cuando vives en tu propia piel un caso en el que el profesor es un auténtico pasota y se limita a decir “no es asunto mío” o “no me han enseñado a resolver esto” se te enerva la sangre y piensas yo quiero ser una maestra como Pennac , que se desviva por sus alumnos.
    Además, otro aspecto que cabe resaltar de este libro es que la educación no es “un camino de rosas”. Educar conlleva muchas dificultades, muchos reproches y mucho esfuerzo. Hay que estar preparado para cualquier circunstancia que te pueda sobrevenir y más hoy día que la sociedad está cambiando constantemente y como es evidente los niños también. Daniel escribe en su libro que hay cinco tipos de niños pero incluso me atrevería a decir que más porque prácticamente cada alumno es un nuevo mundo por descubrir y adecuarte a cada uno de ellos para darle lo mejor de ti mismo, es un gran esfuerzo que no todos los maestros están dispuestos a cumplir.
    Finalmente, agradecer nuevamente a Ana el haber hecho mención de este libro y con ello haberme dado oportunidad de contar todo lo que aquella lectura me aportó.

    Laura Santos. 3º Magisterio de Educación Primaria. Universidad Pontifica Comillas

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  12. Hola Ana Mª, me ha resultado muy interesante que en el día del maestro, cites un libro que a mi personalmente me puede ser muy útil en el futuro como maestra ya que ayuda a como comportarse y tener recursos suficientes ante ciertas situaciones.

    Considero que el papel del maestro es importantisimo durante toda la vida educativa de los niños y que por ello debe ser un ejemplo a seguir y un modelo de educación, respeto y admiración por parte de las demás personas.
    Hay personas que menosprecian la profesión de maestro sin darse cuenta que es la base de todas las demás profesiones, porque nadie nació sabiendo leer, escribir o sumando y restando, esas cosas son las que te enseñan los profesores.
    Los profesores, maestros y docentes que destinan su vida a sacar lo mejor de cada niño, de una manera activa, individual y participativa, esos que son idolatrados por los más pequeños y en ocasiones tan poco valorados en los últimos años, esos son los maestros.

    La docencia es una profesión vocacional.



    Ana Onrubia Martínez
    Grupo 211 UAM
    Magisterio Ed.Infantil

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  13. Buscando un blog para comentar, me ha llamado la atención este por tratar de un libro que he leído y que me gustó bastante.

    Creo que es un libro que trata sobre la enseñanza, o más bien sobre los problemas de la misma, nos muestra la educación desde un punto de vista insólito, el de los malos alumnos. No solo los problemas en la escuela, sino también en casa, ya que la educación de un niño no solo se da en un sitio o en otro, sino que ambas educaciones deben complementarse y ayudarse.

    Esta historia me llevó a pensar que se debería cambiar la metodología aplicada a muchos casos de alumnos con algún problema. Un mal alumno no debe sentirse excluido en ningún momento, si necesitan una atención especial habrá que dársela, y no creo que sea tanto atención sino motivación, llegar al origen del problema y ayudarle a salir adelante con nuestro apoyo. Nosotros siempre recordamos a los profesores, no por lo que aprendimos con ellos, sino por cómo eran. Esto es muy importante, el vínculo profesor-alumno, para que la relación entre ambos sea más estrecha y de mayor confianza y libertad.

    Zara Real Perales
    4º Grado Eduicación Infantil
    Universidad Pontificia Comillas

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  14. Este libro me lo leí en primero de carrera y al verlo en tu blog he recordado que me había gustado muchísimo y que me parece muy buena idea que lo relacionases con el día del maestro.

    Lo que más me llamó la atención de este libro es su planteamiento, es decir, el autor no plantea los problemas que tienen los profesores para enseñar a los alumnos, no habla de lo magnífico que pueden ser algunos niños, ni de los objetivos, ni del aprendizaje. Lo plantea desde otro punto de vista, el de los malos alumnos, los que tienen problemas. El autor nos recuerda su experiencia vivida en el colegio, lo que sufría porque no era capaz de aprender y como él deseaba aprender y no podía.

    También me llamó la atención el papel fundamental que tienen los profesores en este libro. Son docentes que se implican en la educación de los alumnos teniendo en cuenta sus necesidades y dificultades.

    Los profesores deben tener en cuenta que todos los alumnos no tienen un aprendizaje igual, sino que algunos tardan más que otros en adquirir los conocimientos. En otras ocasiones el maestro no se implica, asiste a sus clases, las imparte y se va sin importarle las dudas, los problemas y si los alumnos han aprendido.

    Para terminar, un maestro debe implicarse e intentar ayudar a TODOS los alumnos. Lo más fácil es trabajar con los “buenos” pero tu satisfacción personal es mayor cuando consigues que todos los estudiantes lleguen a alcanzar los objetivos propuestos por el profesor.

    María Colmenares Espinosa
    4º Educación Infantil
    (Universidad Pontificia Comillas)

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  15. Esta entrada del blog me ha hecho volver al primer año de carrera cuando leí este libro.Recuerdo que fue un libro que me dejo bastante impresionada y me gusto bastante. La causa fue porque no era el típico libro que esperas leer. El autor tenia una visión diferente, se centraba en los "zoquetes" como el los llama. Abordar el libro desde esa perspectiva hace ver muy diferentes las cosas que suceden en una escuela.

    Mal de escuela es un libro perfecto para hacer un homenaje al maestro, recuerdo una frase de libro que decía " un viejo caballero de anticuada distinción que había descubierto al narrador que llevaba en mi" . creo que es una frase ejemplar para describir lo que debe ser un profesor, y como futuras maestras debemos tomar ejemplo de libros como este para dar lo mejor a nuestros alumnos.

    Isabel Nieto Díaz
    4º Educación Infantil
    Universidad Pontificia Comillas

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  16. Hola Ana María, me ha hecho mucha ilusión está entrada sobre el libro Mal de escuela de Daniel Pennac para hacer un homenaje al maestro.
    En cuanto he visto esta entrada, me he acordado de cuando empecé la carrera, me tuve que leer este libro. Como tú dices, Ana, yo también se lo recomiendo a todos los profesores, ya sea los que están en formación y los que oficialmente son profesores.

    En este libro Daniel Pennac cuenta su vida como docente de profesión y exzoquete en su pasado estudiantil.
    Personalmente, cuando leí este libro me dí cuenta de que son casos muy comunes en la actualidad. Seguramente, todos hemos tenido algún caso en particular como fue Pennac. Y por supuesto, buenos profesores como fue Pennac, una persona empática, que se ponía en la situación por la que pasaban sus alumnos y sabía como actuar ante ese tipo de situaciones.
    Como alumna que he sido, nos gusta recordar buenos profesores como Pennac en nuestra vida. Yo recuerdo varios profesores de Ed. Primaria, ESO y Bachillerato de los cuales he aprendido muchas cosas.

    Para mi este libro fue una lección más para la vida. Y como futuras maestras debemos tomar ejemplo de Pennac, un buen profesor.

    Elena Menés Vázquez
    Universidad Pontificia de Comillas
    3º de Ed. Primaria.

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  17. Una vez más, el título de esta entrada me ha tentado a leerla porque me he permitido el capricho de sentirme incluida dentro del colectivo de “maestros” a pesar de no haber acabado aún la carrera.

    En cuanto al libro que se comenta en ella, tuve la suerte de leerlo hace dos años, y la verdad es que yo también lo recomendaría a cualquiera interesado en el mundo de la educación.

    Daniel Pennac me enseñó que los zoquetes también tienen una oportunidad de aprender, de cambiar el rumbo de su vida, y de dejar atrás todos sus fracasos escolares para llegar a convertirse en alguien. En el caso de Pennac, nada menos que en profesor. Parece que fueron cuatro grandes profesores los que le ayudaron a creer en sí mismo, los que no le cuestionaron y los que no le etiquetaron de perdedor, ni le dijeron la sentencia final que determina el porvenir de todo alumno: “Nunca llegarás a ser nada”. Ahí me doy cuenta de la gran responsabilidad que tenemos como maestros, y la verdad es que me gustaría convertirme en un futuro en una de esas cuatro grandes maestras que ayudaron a un alumno a creer en sí mismo.

    Siguiendo con el libro, me gustó la alusión que hace el autor a distintos tipos de alumno, refiriéndose a los buenos alumnos como “golosinas” y a los malos alumnos como “zoquetes”. Según él, lo que hay que considerar como normal en nuestra profesión es encontrarnos con alumnos zoquetes, que nos supongan un reto, para los que podamos desempeñar nuestra verdadera función de maestros enseñándoles todo, ya que son los alumnos que más nos necesitan.

    En mi opinión, como futuros maestros nos vamos a encontrar las dos caras al enseñar: tanto alumnos fáciles como alumnos difíciles, y todos nos necesitan en mayor o menor medida. La pregunta es: ¿Vamos a estar preparados para esos alumnos difíciles que encontremos a la deriva, para los que aprender no tenga ningún sentido? Creo que muchas cosas las tendremos que aprender por el camino, y que lo importante no es sólo si estamos o no preparados, sino el deseo que tengamos de ayudarlos. Respecto a qué alumno debería ser considerado el más normal (si el buen alumno o el malo), pienso que deberíamos considerar dentro de lo normal a ambos, y tener claro que nuestra función como futuros maestros es responder a las necesidades de cada uno de ellos.

    Para terminar, dar las gracias a Ana María por dedicar una entrada de su blog a este libro, haciendo un homenaje a tantos maestros que de verdad se lo merecen.

    Rocío Sánchez Marbán
    3º de Educación Primaria
    Universidad Pontificia Comillas

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  18. Buenas tardes Ana María:

    Este libro "Mal de escuela" me trae muy buenos recuerdos,sin duda invitaría a los maestros y futuros maestros a que lo lean,me lo leí en primero de carrera me resultó bastante interesante ya que hace un llamamiento a los profesores a través de su experiencia para que no cometan los mismos errores que cometieron sus mismos profesores , hace una demostración de que todos podemos conseguir nuestras metas pese a las dificultades que nos encontremos en el camino y nos dice que no hay alumnos “zoquetes” ni “fracasados” solo son alumnos que por diferentes motivos les cuesta mas y su proceso de aprendizaje es mas lento y costoso pero que no tenemos que tomárnoslo como que el alumno no sirve o que simplemente no puede llegar a mas porque es un mediocre.

    En mi opinión este libro lo deberían de leer los profesores para que se den cuenta de que muchas veces su actitud hacia ciertos alumnos les puede llegar a perjudicar bastante y hacer que estos alumnos se desmotiven y fracasen no por su falta de capacidades según los profesores si no por su desmotivación y su falta de aspiraciones,esto lo veo reflejado en el fracaso escolar de hoy en día ,chicos que por ejemplo se les dan mal las matemáticas y los profesores no les prestan ningún tipo de ayuda y solo se limitan a decirles “lo tuyo no son las matemáticas” creo que este tipo de profesores debería de plantearse diferentes métodos para que a los alumnos que les cueste no desmotivarles y no hacer que tiren la toalla ya que muchas veces piensan que para que se van a esforzar si total no van a aprobar y en ellos se crea una inseguridad que a la larga puede afectarles en un futuro próximo.


    MªJosé Canseco Cabrera
    3º Educación Primaria
    Universidad Pontificia Comillas


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  19. Me ha gustado mucho esta aportación que haces en tu blog, ya que es un libro que muestra una gran cantidad de entramados que día tras día ocurren en un aula, y que todos los maestros debemos trabajar de forma profunda para que todos y cada uno de nuestros estudiantes gocen de las mismas oportunidades de desarrollo y aprendizaje.
    Teniendo en cuenta a todos esos "zoquetes".

    Como bien dices Ana, no solamente es un libro que deben leer los maestros, sino también todas las personas que se interesan por el tema de la educación, implicando en este último punto a las familias.

    Leyendo el libro me di cuenta que recordaba a algunos profesores por su buena labor personal y profesional, y a otros, por su escasa labor; ya que no todos se implicaron de la misma manera con sus alumnos, en particular, aquellos que más lo necesitaban. Esto me sirvió para indagar en la importancia que tiene esta profesión en el desarrollo pleno de todas las facultades de nuestros alumnos.

    Blanca Morante Castillo
    4º Educación Infantil
    Universidad Pontificia Comillas

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  20. Recuerdo haber leído este libro a principio de carrera, y que además nos lo aconsejaron dos profesores, luego a lo largo de los años también han hecho alusión de él, lo que refleja la importancia de su lectura.

    Me parece un libro muy bueno sobre educación, ya que el autor lo cuenta de forma autobiográfica, y te hace ver su punto de vista y sentir lo que él sintió.

    Hace muchas críticas a la educación, pero recuerdo que me influyó mucho cómo hace alusión a esos alumnos zoquetes, que año tras año los profesores van despreocupándose de su aprendizaje, y cuando en el último momento se ha intentado porque es necesario, ya es demasiado tarde. El autor se siente identificado con ellos y por ello siempre intenta ayudarles. Además recuerda a los buenos profesores que le ayudaron a lo largo de sus estudios, lo que me hizo pensar en la importancia de ser un buen profesor y tratar de esforzarse por todos los alumnos, tanto los brillantes, como los que más necesitan nuestra ayuda.

    Por otro lado hace referencia a cómo le van marcando sus alumnos y los padres de éstos, se pregunta qué habrá sido de ellos. Además cuenta anécdotas en los que pasados los años, vuelve a encontrarse con ellos y me llamó mucho la atención cómo consigue recordar, la clase, el año, los momentos vividos... Vivía su profesión con ilusión y se impregnaba de los detalles y los recuerdos.

    Fara Pertusa García
    4º Grado de Educación Infantil
    Universidad Pontificia de Comillas

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  21. Cuando leí el libro de Mal de escuela al empezar la carrera, nunca pensé que me iba a recordar a una persona que ha formado parte de mi infancia.

    Sofía, como Daniel Pennac, ha sido considerada un ‘’zoquete’’.

    Nacimos el mismo año, ella nació el 28 de diciembre, nos llevamos ocho meses.
    Desde el principio fue etiquetada por su familia como la más pequeña de la clase. Si no entendía algo, rápidamente la justificaban con lo mismo.

    Yo siempre la consideré una niña lista. Los primeros cursos de primaria tuvimos muy buenos maestros. Todos aprendíamos, incluida Sofía.

    Llegamos a sexto de primaria, por nuestra aula pasaban muchos profesores que nos daban diferentes asignaturas.

    Poco a poco, durante el curso, Sofía comenzó a suspender y a no llevar los deberes hechos. No sé en qué momento se perdió.

    Este libro me ha hecho ver qué era lo que estaba ocurriendo. Todos en algunos momentos no entendíamos cosas. Cuando llegábamos a casa hacíamos los deberes, algunos tuvimos la suerte de encontrar un apoyo familiar. Mientras, a Sofía la seguían justificando, era la pequeña, pobrecita no tenía capacidad para conseguirlo.

    En realidad, lo que pasaba es que había llegado un momento en que no entendía algunos conceptos. Hubiera sido sencillo por parte del profesor darse cuenta de que ella no entendía, pero la bola cada vez fue haciéndose más grande.

    Los padres, muy preocupados, hablaron con el tutor y entre ellos decidieron que repitiera. No se notaría la diferencia de edad. Pero ninguno llegó a pensar cuál era el problema que tenía Sofía.

    Cuando llegó a la ESO, la consideraron una vaga que no tenía buena base. Sofía volvió a repetir, esta vez 1º de la ESO.

    En mi opinión, el equipo de profesores debió afrontar el problema y buscar en qué momento de había perdido. Sin embargo, fue más fácil hacerla repetir una y otra vez.

    En cuanto a la familia, creo que debía haber animado en todo momento y no dejar que se rindiera nunca.

    A diferencia de Daniel Pennac, Sofía sigue sin encontrar a la persona que le marque el rumbo y que le diga que puede conseguirlo.

    Teresa Aleu Banegas
    3º Educación Primaria
    Universidad Pontificia Comillas

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  22. Yo también opino que este libro es un libro que recomendaría leer a todos los profesores ya que te hace abrir los ojos y darte cuenta de muchas cosas que tantas veces se nos escapan sin querer.
    Es un libro que a mi me ha servido de mucho y que gracias al toque de humor entrelazado con el conocimiento sobre el tema del autor, hacen que sea un libro entretenido, sencillo y apetecible de leer.
    Muchas gracias Ana María por recordármelo ya que hace tiempo que me lo leí y a estas alturas casi ni me acordaba de él.
    Y una vez más, a todo aquel que no se lo haya leído de verdad que os animo a hacerlo.

    Belén Mollá Silvela
    4º Magisterio Infantil
    Universidad Pontificia de Comillas

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  23. Me leí este libro en primero de carrera y me encantó, porque es un libro que muestra una realidad distinta a lo que estamos habituados a ver. Este libro de centra en ese alumno que todos tenemos en nuestras aulas, el llamado "zoquete" y Pennac plasma de forma completa su actuación y las experiencias vividas como un alumno de este perfil.
    El autor reflexiona acerca de la pedagogía y sobre el sentimiento de exclusión de este tipo de alumnos y sobre todo reflexiona acerca del amor a la enseñanza por parte del profesor.
    Recomiendo este libro a todo el mundo y sobre todo a aquellos que se dediquen a la educación. Es un libro muy entretenido que te engancha desde el primer capítulo gracias a la forma en la que está narrada la historia y a los toques de humor por parte del autor.

    Nerea Flórez Ruiz
    4º Educación Infantil
    Universidad Pontificia de Comillas

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  24. El libro de Daniel Pennac, Mal de escuela, lo leímos en primero de carrera.
    Creo que es un libro que ahora que llevo más tiempo de prácticas comprendo mejor. El autor refleja la realidad del aula y cuando lo lees pones al "zoquete" en tus experiencias. Yo me he identificado y me he sentido muchas veces así en mi experiencia escolar, aunque no es igual porque no he sido mala estudiante pero tampoco de dieces.
    Ahora que soy yo la que está en el puesto de maestra ves la figura del "zoquete" en algún niño. Y lo reflejas pero no de forma tan radical y tratas de aplicar las teorías y los conocimientos adecuados para sacar del "pozo" a ese alumno que va por detrás.
    Es un libro muy bueno, que como bien dice Ana no puede faltar en la biblioteca de un profesor. Es muy interesante.

    Carlota Juan y Seva Mansilla
    4º Educación Infantil
    Universidad Pontificia de Comillas

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  25. A diferencia de la mayoría de los que han comentado, este libro me lo leí por voluntad propia, lo que creo que lo hace más especial, sobre todo porque un importante maestro para mí me dio una muy buena crítica sobre él.

    Siempre he creído en la importancia que tiene un buen maestro sobre los alumnos y las alumnas, pues, en mi caso, nunca he sido una estudiante excelente, ni mucho menos, pero también sé, que mucho de lo que he conseguido en mi vida y el haber llegado a donde he llegado ha sido gracias a unos pocos muy buenos maestros para mí, que no me han dejado rendirme nunca y que han conseguido que mejore día a día, Puede que a alguno de ellos no les valorase en su día de una manera apropiada, pues no me di cuenta del gran trabajo que les suponía a ellos pero no tardé en reaccionar y en agradecerles su trabajo, pues realmente les agradezco que no me dejarán convertirme en una "zoqueta".
    Por ello estoy de acuerdo con el autor y creo que es muy importante la existencia de buenos maestros, maestros competentes que realmente quieran enseñar, que de verdad se interesen por cada uno de sus estudiantes, que día a día se actualicen junto a sus alumnos y día a día desarrollen nuevas metodologías para que todos sus alumnos consigan un excelente futuro.
    Conocer esta realidad y haberme dado cuenta de lo mucho que han influido en mí algunos maestros me hace luchar a mi como persona día a día y querer ser una maestra competente e interesada por las personas que en el futuro cuidarán del mundo que todos construimos día a día.

    También creo que si muchos políticos leyeran libros como este, reflexionarían y se darían cuenta de que no es importante aprobar y llegar al final cuanto antes, que es el que más se centran actualmente, si no el cómo aprobar y el cómo llegar a la meta, pues ellos mismo, como estudiantes que han sido habrán podido disfrutar de al menos un buen maestro que no olvidarán nunca.

    Karolina Stopa
    Grupo 222 2º Educación Primaria
    Universidad Autónoma de Madrid.

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  26. ¡Buenas tardes!.

    Me parece una entrada fantástica de este blog, porque creo que es un libro que hay que leer si o si para los que queremos ser educadores. Leeré este libro de Pennac que creo que va a enriquecer mi opinión sobre mi futuro como educadora, pues estoy a favor del profesor cercano y comunicador y no del temible. Los maestros tienen su porcentaje de responsabilidad en la personalidad del niño, en su conocimiento cultural, etc., y es por eso por lo que creo que los maestros deben ser vocacionales, para entre otras cosas, motivar al alumno y sacar lo mejor de él.

    No lo he leído y estoy deseando hacerlo porque me ha llamado la atención algunos comentarios a esta entrada, de los que he deducido que el zoquete se convierte en maestro. ¡Qué gran paradoja! Por eso quiero leerlo, porque supongo que sus educadores tuvieron mucho que ver.

    Por otra parte, creo que es cierto que siempre se ridiculiza al estudiante, pero nunca al maestro o profesor. ¿Por qué? Tienes razón cuando indicas que todos hemos tenido algún profesor que sería protagonista de una de esas antologías, pero sin embargo no se publica nada al respecto. Pero es que tampoco se publica nada sobre los maestros totalmente opuestos, esos que siempre están a tu lado, que notas su interés.

    Andrea Jiménez Hernández
    2º Magisterio Infantil. UAM
    Grupo 201

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  27. ¡Hola a todos y todas los bloguer@s!

    Quería comentar esta entrada, porque me ha llamado la atención el titulo.
    No conozco el libro que se nombra en la lectura pero antes de finalizar la carrera lo habré leído, creo que será interesante y del que podremos aprender mucho como maestros.

    Quiero remarcar la gran labor que hacen los maestros, la gran paciencia y dedicación que tienen, aunque también existen los maestros totalmente distintos, aquellos que no se implican, que van dan su clase y se marchan, no conocen ni el nombre de sus alumnos/as. Esto debería desaparecer, ser maestro no solo es impartir clase, sino que también debes conocer a tus alumnos/as, a sus familias, sus miedos, sus virtudes, debes conocerles para poder ayudarles en su desarrollo.
    ¿Pero cuanto profesores de este tipo conocemos?¿profesores que hayan cambiado nuestras vidas? yo tengo la suerte de haber conocido un par de profesores que han sido mi gran apoyo en años difíciles y gracias a ellos hoy estoy donde estoy, cumpliendo mis sueños.

    Belén Rodrigo López.
    2º Magisterio de Infantil.
    Grupo: 211

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  28. ¡Buenas tardes!

    Me encanta esta entrada, me parece fantástica y creo que es un gran libro el que recomiendas, no lo he leído entero pero sí le he echado una ojeada y me parece maravilloso, muy útil para futuros educadores (como es mi caso) y para los maestros en acción. Creo que nos puede enseñar mucho.El libro de centra en ese alumno que siempre hay en las aulas, el llamado "zoquete". Pennac plasma de forma completa su actuación y las experiencias vividas como un alumno de este perfil.
    Siempre he creído en la importancia que tiene el maestro en el aula para motivar a los alumnos pero después de ver este libro me he dado cuenta de que la importancia es mucho mayor porque tenemos en nuestras manos el futuro de nuestros alumnos, nosotros podemos cambiar sus vidas porque un buen profesor es el que nunca se olvida y a quien en un futuro, cuando logran hacer realidad todo lo que se proponen, agradecerán el animo y empujón que se le dio para hacerlo posible. Un maestro no es quien para poner límites a los alumnos ni tampoco quien para poner trabas a los sueños de sus alumnos, al contrario, debe ser el primero en apoyarlos y motivarlos a que lo hagan posible porque, aunque una persona no sea buen estudiante, no significa que sea un inútil, algo habrá que realmente le guste y disfrute haciendo, algo que se le de bien, todos somos únicos en algo.
    No pienso pasar la oportunidad de leerme este libro y de recomendarlo a todo el mundo!

    Lucía Sanz Abascal
    2º Magisterio Infantil UAM
    Grupo 211

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  30. Buenas tardes,

    En la universidad he tenido el placer de poder leer el libro de Pennac. En él, Pennac nos relata algunas de sus experiencias de cuando era alumno y posteriormente de cuando era profesor.

    Nos explica que de pequeño siempre había sido un mal alumno, un “zoquete”. Explica como gracias a algunos de sus profesores pudo pasar de ser un “zoquete” a ser profesor, algo que él nunca se hubiera imaginado ni seguramente tampoco las personas más próximas a él.

    Habla de su paso por la escuela y por el internado donde descubre su pasión por la literatura y conoce su primer amor.

    Explica que cuando era profesor, y teniendo la experiencia de haber sido un “zoquete” como alumno, poseía cierta información sobre cómo podían sentirse los alumnos que no llegaban a conseguir los objetivos mínimos marcados por el currículum. Esto le facilitaba poder ayudar mejor a este tipo de alumnos.

    En el libro Pennac muestra algunos métodos que él usaba con sus alumnos para despertar en ellos las ganas de aprender.

    OPINIÓN PERSONAL DEL LIBRO

    Considero que es un libro interesante de leer porque te transmite como pueden sentirse aquellos alumnos que tienen dificultades de aprendizaje.
    A veces nos pensamos que no aprenden porque no quieren o no se esfuerzan suficiente. Muy pocas veces como profesores nos planteamos que puede ser que sea un error nuestro. Si un alumno no llega donde creemos que debe llegar, debemos esforzarnos al máximo para lograr sacar de él lo mejor.

    La experiencia de Pennac como profesor nos puede servir mucho de ayuda para mejorar como profesionales de la educación.

    Me gustó mucho la parte final del libro. Menciona la palabra amor. Considero que es una palabra que en la sociedad se usa mucho de un modo muy superficial pero no tanto de corazón. Esta palabra tiene un peso muy importante porque considero que es la razón de vivir. El querer a las personas y que nos quieran da sentido a nuestras vidas. Es por esto que considero que el amor, la estima, debe ser la parte principal en la educación de las personas. Nosotros como maestros debemos querer a cada uno de nuestros alumnos tal y como son.

    Pau Puigdomènech
    Alumno de la UNIR

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  31. En primer lugar, me gustaría comentar esta entrada porque me ha llamado la atención su título. Pienso que el libro “Mal de escuela” es una buena lectura para las personas que queremos dedicarnos a la docencia. Por lo que cuenta el artículo me parece un libro interesante del que todos podemos empezar a conocer y aprender sobre nuestro futuro trabajo.

    Un aspecto importante que destaca la entrada es la figura de un maestro del que todos guardamos un buen recuerdo. En verdad, pienso que es algo maravilloso que un alumno recuerde y siempre tenga presenta la figura de un maestro que ha dejado huella en él, ya sea por su personalidad, por su manera de enseñar, etc.

    Creo que nunca deberíamos olvidar esa figura. Por lo tanto, las personas que en un futuro queremos ser maestras deberíamos basar nuestro sistema de enseñanza en ellas e intentar hacer sentir a nuestros alumnos lo que ellos consiguieron con nosotros.

    Así pues, es muy importante reflexionar y recordar ciertos momentos que hemos pasado a lo largo de nuestro proceso educativo y tener en cuenta todos y cada uno de los momentos, así como las personas que nos han hecho aprender, disfrutar aprendiendo y pasar momentos inolvidables.

    Nerea Ballestero Santiago.
    Magisterio infantil UAM.
    Grupo 201.

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  32. Marta Millán Urzanqui5 de diciembre de 2014, 15:42

    Buenas noches.
    Cuando fui a la biblioteca a pedir el libro "Como una novela" de Daniel Pennac, el bibliotecario me recomendó otro libro, que era "Mal de escuela". Me quedé con el título en la cabeza, y al observar las distintas entradas me ha llamado la atención el título, y he decidido leerla, y cuando he visto sobre qué trataba me ha interesado aún más leerla.
    Me gustaría mucho leer esta novela, creo que el tema es muy importante cuando vamos a dedicarnos a la educación, así que espero que me guste.

    Marta Millán Urzanqui.
    Grupo 211

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  33. He elegido esta entrada para comentar, porque su titulo me ha gustado, ya que en un futuro es lo que quiero ser una maestra. Considero que el libro "Mal en la escuela" es un buen libro para que leean aquellas personas que se quieren dedicar a la enseñanza.

    Otra cosa que destaca en esta entrada es el recuerdo de un buen maestro que cuando fuimos pequeños tuvimos, y es verdad que en mi caso siempre recuerdo aquellos profesores que me marcaron, ya fuera por su forma de ser, su cercanía u otros aspectos, y es algo que me parece muy gratificante para una persona.

    Por eso me gustaría formarme para ser una buena maestra, y que en un futuro me recuerden por como fui, igual que yo recuerdo a mis maestros.

    Así pues es muy bueno recordar ciertos momentos que hemos pasado a lo largo de nuestra etapa escolar, así como las personas que nos han hecho aprender, disfrutar aprendiendo y pasar buenos momentos.

    Mercedes Ayuso. Grupo 201.Ed.Infantil. UAM

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