A Consuelo Armijo, autora de la Serie
Los Batautos, nuestra mejor representación del "nonsense" ,
El Pampinoplas, Aniceto el Vencecanguelos y tantas obras llenas de humor y ternura con las que disfrutaron, disfrutan y disfrutarán siempre los pequeños y no tan pequeños lectores.
- Que sí, que sí, que sí- decía el abuelo- que yo también he sido un niño como tú.
ResponderEliminarPoliche se quedó de una pieza.
- ¿Y cuando fue eso?- preguntó.
- Antes de convertirme en un viejo. El mundo da muchas vueltas.
El pampinoplas. Consuelo Armijo
Hola:
Mi nombre es Alazne Aldazabal, soy Psicóloga Infantil y Logopeda, y actualmente estudio el grado de Educación Infantil en la UNIR.
He querido comenzar mi aportación en el blog, haciendo un pequeño homenaje a esta autora y a un libro que todos los niños de mi edad conocemos "El Pampinoplas".
Ayer cuando descubrí este blog sobre LIJ a través de la asignatura de Didáctica de la Literatura, me provocó una gran nostalgia el ver la portada de "Los Batautos". Esto me recordó a "Aniceto Vencecanguelos", la colección de "Los Machafatos"...
Por ello decidí buscar entre los libros de la infancia, encontrando grandes recuerdos en mis colecciones de Barco de Vapor (azul,naranja o roja) y los de AlaDelta (amarillos, rojos, azules y verdes).
Y allí estaba, "El Pampinoplas", sin pensármelo dos veces decidí leérmelo, así en el capitulo 6 encontré el texto con el que he comenzado mi intervención.
Eso mismo que el abuelo Agapito manifiesta sentí yo mientras leía el libro, el paso del tiempo, así como la importancia que todas estas lecturas han tenido en nuestro aprendizaje.
Por ello, me gustaría felicitarte Ana María, por estas aportaciones que realizas con tu blog a la LIJ, y que me han hecho buscar entre mis recuerdos, materiales que siempre van a ser válidos para el aprendizaje de los niños.
Un saludo.
Miren Alazne Aldazabal.
¡Que recuerdos los libros de barco de vapor! Yo empecé a leer con libros de esta colección... y me hacen trasladarme 20 años atrás con una sonrisa en el rostro. Recuerdo una biblioteca en mi clase. Cada uno comprábamos un libro y se iban rotando. Teníamos que rellenar una ficha. Recuerdo que eran libros muy ágiles de leer y por eso me gustaba leer. Eran sencillos y con historias divertidas. Estaban adaptados a la edad.
ResponderEliminarEs clave saber elegir libros adecuados a la edad para que la lectura llegue a ser un pasatiempos como otro cualquiera, y no verla como aburrida.
Gracias por este blog tan práctico. Para los que nos dedicamos a la enseñanza es de gran utilidad. Ya he cogido ideas para navidad.
Saludos.
Loli Carmona Colón. Estudiante de la Unir
Hola:
ResponderEliminarLo primero de todo dar las gracias a Ana María Navarro, la creadora de este blog, por dedicar su tiempo a este blog tan trabajado y completo.
Soy estudiante de la UNIR y nuestra profesora nos ha propuesto investigar un poco por este blog y comentar alguna de sus entradas. Yo he echado un vistazo por cada una de las entradas y muchas de ellas me han llamado la atención, pero finalmente me he decidido por esta porque me ha hecho especial ilusión encontrar estos libros que me han transportado a mis años de infancia.
Recuerdo que cuando era pequeña leí un libro de esta autora en la biblioteca del colegio, se llamaba Los Machafatos. Fue un libro que me gustó mucho, estaba lleno de seres disparatados: cuerpo de caballo, ojos de pájaro, sombreros llamativos, etc.
Este libro planteaba varias posibilidades imaginativas con las que el lector podía jugar a crear e interpretar. Considero que es un espacio ideal para conducirnos al mundo sublime de lo desconocido y muy recomendable para fomentar la imaginación de los niños.
Gracias a este blog he recordado otro de los libros que más leí cuando era pequeña, se trata de El Pampinoplas. Me acuerdo que era un libro que se compró mi hermano mayor cuando yo todavía no sabía leer. A mí me gustaba disfrutar de sus maravillosas imágenes, yo me inventaba las historias...Luego aprendí a leer y todavía me gustó más, con aquellas aventuras de Poliche y las disparatadas ideas de sus abuelo.
He pasado un buen rato echando la vista atrás y recordando todos estos libros que forman parte de mi historia. Recomiendo tener muy en cuenta estos libros en la formación de nuestras futuras bibliotecas de aula, pues a parte de ser divertidos fomentan la imaginación y la creatividad.
Un saludo. Gracias de nuevo.
Laura Ochoa Bueno. Estudiante de la UNIR
Buenas tardes,
ResponderEliminarAl igual que mi compañera Laura, yo también soy estudiante de la UNIR, y si, también he llegado hasta aquí tras investigar un poco, aunque yo más bien poco, ya que nada más ver la portada antigua de la serie azul de El Barco de Vapor, he revivido numerosos recuerdos de mi infancia, cada vez más lejana.
Es curioso comprobar como algo que en la infancia te gustaba tanto, pasa a ser algo menos apetecible por el hecho de tratarse de una materia y la forma que tienen de enseñártela en otras edades. Y eso me pasó a mi con la literatura. Algo que literalmente "devoraba" en la escuela, pasó a convertirse en una "cruz" que estudiar en el instituto y durante mi primera carrera en la universidad. Y no, nunca fui mal estudiante. Quizás está mal que yo lo diga, pero en realidad fui un estudiante brillante, siempre con sus tareas al día, buenas notas,... Pero me dejó de gustar la literatura. ¿Qué pasó?. ¿Qué cambió?. ¿Y por qué me volvió a atraer?
La verdad, es que no me lo había planteado hasta que empecé a escribir estas líneas. Analizando mi experiencia, recuerdo mi época de lectura escolar (y por eso El Barco de Vapor) como unos años donde leía una media de tres libros semanales, que mi maestra de Lengua y Literatura por aquel entonces nos recomendaba. Conocía nuestros gustos,intereses, motivaciones, manías,... Y siempre acertaba con la elección literaria. Y he aquí el "quiz de la cuestión". La labor docente. Cuando pasé al instituto, nos mandaban leer determinados libros para hacer un trabajo. La labor lúdica desapareció y pasó a ser una labor puramente estudiosa, además de ser libros orientados para todos los alumnos. ya no éramos personas distintas, sino que estábamos todos en un saco de iguales características. Y gracias a esta "excelente labor", la literatura pasó a un segundo o tercero o cuarto plano, olvidada en un rincón, esperando a que la llamase para crear conmigo esos mundos, paisajes, personajes, atmósferas, que creaba cuando leía Chis y Garabís, o Matilda, o Charlie y la fábrica de chocolate,..., ¡que bueno era imaginarte que si quiera existiese una fabrica de chocolate entera para ti!
Con todo esto tan sólo quiero trasmitir la importancia que tiene un buen maestro, que sepa de sus alumnos, de sus gustos, motivaciones, por qué sienten curiosidad. He inculcarles el amor por la literatura como a mi me ocurrió. Como un juego. entonces no había videojuegos, ni teléfonos móviles, ni tantos estímulos para los niños, pero teníamos los mejores videojuegos, teléfonos u ordenadores que hubiesen existido o existirán jamás; nuestra imaginación regada por un "chorrito" de literatura infantil.
SAMUEL VADA GUTIERREZ
Estudiante de EP de la UNIR
Este blog es en una fuente de ideas y de recursos para hacer de mi profesión lo mas enriquecedora posible. Mi mente que siempre intenta mirar a su alrededor buscando recursos, ideas, sueños, motivante que pueda utilizar para llevar al niño por el camino del descubrimiento y la creatividad, ve en este blog una ayuda indispensable, aportándome recursos e ideas que bien pueden servir a este fin. Estas ganas, de sacar lo mejor de mí y pode transmitirlo, no nace de una idea absurda de vanidad, pues toda ella se esfuma al ver disfrutar a un niño o verlo embelesado en un cuento o en la lectura, por ejemplo.
ResponderEliminarPor ello es que, en este blog encuentro libros que desconocía, y ahora conozco y formaran parte de esa inquietud mía. Quizás algunos niños conocerán, a través de mi o de alguno de mis compañeros de estudio en la UNIR alguno de esto libros o de estos maravillosos autores.
El valor real de este blog es ser por ello, ser fuente de transmisión. Hoy que escribo este comentario, me obstino mas y mas en escribir sobre mí, aunque no escribiré datos, ni nombres, ni experiencias, que se que la mayoría de estas ya han sido vividas por otras persona y relatadas mucho mejor de lo que yo lo haría.
Lo que si haré, pues hoy no pienso renunciar a mi egocentrismo, es transmitir las sensaciones que he vivido al abrir este blog. Cuando me ha aparecido un cocodrilo realmente lo esperaba, llevo toda la semana queriendo entra en el blog del "cocodrilo azul" para poder hacer la tarea. Yo que vivo envuelto en la rutina de un mundo estresante, sometido a horarios rutinas, y que me he dejado vencer por la propia sociedad en la que vivimos, en la que no se nos deja soñar o crear o hacer cosas diferentes, me he sorprendido al ver un cocodrilo azul...
Quizás me haya escandalizado, o sorprendido, pero al fin una parte de mi a logrado descorrer el telón de mi infancia y ha pensado ¿por qué no?, y sonriendo he dicho... voy a pintar no una ballena y será de muchos colores, y la he pintado.
Esta tontería que puede parecer, y realmente lo es, ha hecho que me sumerja libre en el conocimiento de este blog, y en el conocimiento de la literatura infantil que aqui se muestra. He visto el video de los "Tres Cerditos" de 1933, el del Patito feo, he recordado libros que tengo como el de "Marcelino Pan y Vino", este blog me ha sacado totalmente de los problemas, preocupaciones y deberes de la sociedad en la que vivimos y me ha dado la oportunidad de recordar de la infancia, sonreír y olvidar.
De entre todos los comentarios he elegido este, no solo porque es la autora del "Pampinoplas", libro maravilloso, si no porque este libro esta publicado por una editorial que le dio mucho a la Literatura Juvenil en los años 70 y 80 y 90. Esta colección de libros que publico el Barco de Vapor, ha llevado y seguirá llevando el amor por la lectura a muchos niños.
Quiero terminar este comentario con unas palabras que pronunció Consuelo Armijo en una entrevista que le realizaron en 2000 y que publicó la Revista Cuatrogatos, y que yo he encontrado en el Blog de la Biblioteca Mendavia.
"Siempre que me piden que escriba sobre mí no sé qué poner, porque a mí no me pasan las cosas que les pasan a los protagonistas de los libros. Ya empecé mal. En vez de nacer duende, o hada, o por lo menos bruja, como a mi me hubiera gustado, nací niña, ¡y ni siquiera rubia y con los ojos azules como las que salen en los anuncios! sino, según las fotos, pelona y con los ojos cerrados. A los Reyes Magos siempre le pedía una varita de la virtud, y siempre me contestaban que no habían podido encontrarla. Bueno, siempre no: una vez me trajeron una que no funcionaba. En fin en vista de esos fracasos, cuando fui mayor decidí escribir, porque cuando escribo pasa lo que yo quiero. ¡Todo es posible en los libros! ¡Viva los libros!"
Consuelo Armijo
Eduardo Alarcón García
Estudiante de EP en la UNIR
Después de investigar un poquito la página, gracias a un trabajo universitario, como mis anteriores compañeros, he decido comentar este post, ya que mantengo un gran y grato recuerdo de esta serie de libros, los cuales llenaban mi mente, mi cuerpo y mi habitación, de aventuras y desventuras. Estos libros me abrían puertas a mundos desconocidos, me acercaban a historias relaes o más bien que me ilusionaban, ya que siempre soñaba con que algún día me ocurriesen de verdad.
ResponderEliminarDe la misma manera que estas historias forman parte de mi vida y las recuerdo con mucho cariño y delicadeza, creo que me gustaría que mis futuros alumnos descubrieran estas historias y sobre todo, les llegarán a fascinar de la misma manera que a mí; y sin apenas darse cuenta, fueran medio de expresión, de libertad, de superacón, de racionalidad y en momentos concretos la herramienta necesaria para dejar volar la imaginación y la mente y de esta forma adentrarse en mundos que de otra forma serían incapaces de hacerlo.
Esos personajillos entrañables, a los que les pasaban mil y una aventuras, iguales o diferentes a la tuyas, que vivían en lugares muy diferentes a los nuestros y a la vez tan iguales... ellos nos ayudan a superar miedos, a sentirnos bien, a darnos cuenta de que no somos tan diferentes o por lo menos, que las cosas que nos pasan no son tan raras, ya que las historias que leemos, en realidad, no son tan diferentes a las de uno mismo. Cuentos como el Pamplinoplas, en los que la figura de los abuelos se representa de una forma muy especial y genera una conexión entre nietos y abuelos muy fuerte, como en otro libro de misma serie, no del mismo autor, "Querida abuela: tu Susi"(Christine Nostlinger), en los que por cartas, una niña cuenta a su abuelita sus vacaciones y las experiencias, sobre todo relaciones, que vive durante estas y lo más bonito es que a pesar del fin de las vacaciones y del fin de las experiencias vividas durante ellas, tiene muchas ganas de volver a casa y ver a su abuelita.
Creo que este tipo de historias son los que acompañan de una forma desinteresa y a la vez permanente, el desarrollo de un niño, un aprendizaje significativo,lúdico y una educación en valores, a la vez que fomentamos el interés por la lectura.
Davinia Suñé Andiano.
Estudiante de EP en la UNIR.
Buenas tardes, y feliz Navidad, como la mayoria de los comentarios anteriores soy alumna de la UNIR y estoy aqui gracias a mi profesora de Didáctica de la literatura, y digo gracias, ya que este ha sido uno de los blogs que más me ha gustado en mucho tiempo.... Contiene todo, desde diversas opiniones, noticias, artículos, incluso muchos temas y recursos para reforzar....
ResponderEliminarTras leer todas las historias no he dudo en seleccionar esta nada más ver la portada del libro.
El cuento de "Pamplinoplas" me ha devuelto por completo a mi infancia, recuerdo como todos queríamos ser Poliche, envidiabamos ese verano con el abuelo, construir la biclicleta de vela , todas y cada una de las aventuras que vivían, además ese libro lo trabajamos en el colegio de cara a las vacaciones de verano, y creo que aumento todavía más nuestras ganas de que llegará esta época del año...
He decidido buscar entre mis libros de la infancia, donde siempre ha aparecido el barco de vapor entre mis grandes libros. Y como pequeña anécdota recordar que al empezar a cursar mis estudios universitarios en otra ciudad (soy maestra de Educación Primaria) entablé una conversación con otras personas, y los libros que aparecieron en mi memoria con cierto cariño, fueron especialmente tres: Fray Perico y su borrico, Querida Susi querido Paul y como no Pamplinopas.
Confieso que, una vez leído esta noticia, he recuperado mi viejo libro de "Querida Susi, querido Paul"... y aunque no es de esta misma autora, lo he vuelto a leer y ya he preparado una pequeña comprensión lectora para mis pequeños niños del colegio.
¿Por qué todos guardamos algo tan especial a estos libros? ¿Por qué recordamos de forma tan nostálgica y con esa pequeña sonrisa tonta a Consuelo Armijo?
Recuerdo su "nonsense" – como decía la autora- “sin sentido” en su traducción castellana.Es la literatura del disparate. En realidad yo escribo lo que me sale de dentro y no me he preocupado nunca de cuáles son las claves de mi literatura”.
Un mundo donde todo es posible:
El mundo mágico y sorprendente que Consuelo Armijo ha creado con sus palabras es el mundo donde se confunden los términos, donde no se está seguro de nada, donde es fácil encontrarse con cualquier ser u objeto extraños. Es el mundo de la ilusión, de la fantasía y de la infancia.
Y por eso creo que gustó tanto, no se preocupaba a quien escribía ni si su literatura gustaría o no, dejaba todo a su libre elección, ya que siempre creo que consideró que los verdaderos jurados eran su público, los niños, ya que ellos eran el mejor jurado literario. Y si a día de hoy, cuando los que estamos escribiendo esto somos personas adultas, los cuales hace muchos años que leímos estas novelas, seguimos sintiendo esa sensación al leer esto, será por que en aquel momento llegó de forma especial estos relatos.
¡Todo es posible en los libros, y que recuerdos te devuelven los libros!
Enhorabuena de nuevo por este blog, y gracias por devolverme de nuevo a mi infancia en estas fechas tan especiales.
Cristina, alumna de la UNIR.
¡Hola Ana María!
ResponderEliminarGracias por tu blog, sin duda le has dedicado muchas horas a crear este maravilloso espacio de literatura para todos los públicos y lo que es más difícil, lo mantienes vivo y actualizado. Es como un gran libro que crece y crece, con aportaciones tanto tuyas como del resto de lectores que en cada uno de sus comentarios aporta parte de su vida.
Mi infancia está muy relacionada a muchos apartados de El cocodrilo azul, como el que dedicas al Principito, libro que ahora quiero volver a retomar porque quizás en su día no lo supe entender bien; las fábulas que me leía mi madre que tantas enseñanzas y valores llevaban asociadas y de las que me acuerdo mucho cuando hoy como madre se las leo a mis hijos; etc. Pero si hay un apartado que me ha hecho regresar a mis inicios como lectora, ese ha sido el dedicado a Consuelo Armijo con Aniceto el vencecanguelos, maravilloso libro editado por El barco de vapor. Aún recuerdo quién me lo regaló y lo conservo entre mis tesoros de la infancia. Mi primera impresión al leer el título del libro fue un poco desconcertante, no lograba casi pronunciar bien su título y por supuesto no sabía qué quería decir. Fueron tantas las veces que traté de decir bien la palabra vencecanguelos que se quedó impreso en mis recuerdos y ha sido ahora, al leer este blog, cuando me he visto con 27 años menos repitiendo y repitiendo su título. La incertidumbre que me creó su extraño título me llevó a leerlo y así pude compartir las aventuras de Aniceto. Juntos nos hicimos fuertes, derrochamos imaginación, creamos aventuras y supimos vencer nuestros canguelos.
Actualmente mi vida está muy relacionada con la enseñanza, ya que además de ser madre de dos hijos (a los que afortunadamente les apasionan los libros) estoy estudiando el grado de Maestra de Educación Infantil y este blog ya se ha convertido en una de mis fuentes de recursos para ambas tareas. Gracias por compartir tu tiempo, tus conocimientos y tus investigaciones, aportándonos tanto a los que nos iniciamos en este bonito camino de la docencia infantil.
¡Qué sería de nosotros sin la literatura!
Un saludo,
Mª Eugenia Canzobre
Una parte de la historia.
ResponderEliminarAhí estoy yo, delante de la impresionante estantería de la biblioteca de la que solo alcanzo a las primeras baldas. Maldigo mi suerte por ser aún tan bajita. Casi no llego a la tercera donde están los azules del Barco de Vapor, pero son esos los que yo quiero... Ya he olvidado que estoy aquí porque Doña Antonia, mi maestra, me ha echado al pasillo por charlatana, y como no quiero que mi madre me vea (que también es maestra en mi cole) me he escondido aquí, buscando apoyo en Aniceto, El Pamplinoplas o Jano. Ellos sí que saben cómo hacer que me evada de todo por un rato.
Hola a todos los lectores de este blog maravilloso. En especial hola, Ana María, y enhorabuena. Ha sido toda una experiencia recordar este capítulo de mi vida con solo ver la foto de un libro.
Es cierto que hay cosas de cuando uno es niño que se quedan ahí grabadas, en la mente, y si echas mano de ella salen de cajón como si hubieran pasado hace un rato. Yo recuerdo ese momento que he narrado con total claridad y me sonrío al hacerlo. He sentido, de alguna forma, esa adrenalina de correr por pasillo, camino de la biblioteca, como si ese lugar fuese un escondite para evitar la regañina de mi madre. Y la verdad es que yo con siete años aún no sabía qué hacer para callar en clase y no contarle a mi amiga Fali todo aquello que se me iba pasando por la cabeza. Lo más bonito de todo es que en algo tan cotidiano haya unos libros como mobiliario normal de la escena y compartan protagonismo con mi maestra y con mi madre y con mi amiga; y aunque podrían ser cualquiera, en mi caso son los de Barco de Vapor, por eso me ha hecho ilusión comentar en esta entrada.
He leído en otra entrada de esta misma etiqueta que los años 80 fueron los años de oro de la literatura infantil y juvenil en España, hasta entonces un poco olvidada. Yo no tenía mucha idea de este dato, pero ahora me siento afortunada de que mis años de colegio fueran precisamente los de esa década.
A pesar de todo lo anterior, debo reconocer que no fui de las mejores lectoras infantiles, a veces vi como un auténtico suplicio tener que leer por obligación un libro que quizás no fuese muy divertido, o que simplemente no me apetecía leer. Por eso destaco aún más que estos libros formen parte de mi historia. Y me gusta pensar que podrán seguir formando parte de la historia de muchos niños.
María Bejarano García.
Estudiante del grado de E.I.
UNIR 2013.
He accedido al blog El cocodrilo azul sin saber muy bien qué es lo que me iba a encontrar. Poco a poco he ido leyendo los post publicados y me ha picado la curiosidad de seguir leyendo. He descubierto libros infantiles totalmente desconocidos para mí y algunos otros que me han provocado cierta nostalgia ya que eran viejos conocidos…
ResponderEliminarCuando he visto la foto de “Los batautos” de los libros azules de “El barco de vapor” he sabido que era ahí donde yo tenía que dejar mi comentario.
Mi afición a la lectura empezó en cuanto fui capaz de hilar letras y palabras y los libros azules de esta editorial son algunos de los que recuerdo que comencé leyendo. Recuerdo la emoción que me causó pasar de la línea azul a la naranja, era como dar un paso más como lectora, hacerse un poco mayor porque estaba capacitada para leer libros más largos. De esta etapa recuerdo más títulos como “Fray Perico y su borrico” que leímos toda la clase en 3º. Pero, sobre todo le tengo especial cariño a un libro que mis padres me compraron llamado “Nano y Esmeralda” que relata la historia de un niño llamado Nano que vive aburrido de heredar ropa de sus hermanos. Conoce a Esmeralda, una anciana que se sienta en el parque a tejer, quien le promete un jersey de lana liso y nuevo. El problema es que por las noches se duerme mientras teje, sus dedos van solos y acaba haciendo un jersey estampado una y otra vez. Es una historia bonita sobre la relación de amistad que surge entre ambos.
Otros títulos que recuerdo son Los mifenses, Los hijos del vidriero, El pirata garrapata,… Todos estos libros son una pequeña parte de mi vida, el inicio de mi vida como lectora que recuerdo con cariño. Por suerte, el de leer es un hábito que nunca he perdido, aunque ahora con la universidad no tengo tiempo, estoy deseando que lleguen las vacaciones de verano para poder tumbarme al sol y disfrutar de un buen libro.
Pilar Yáñez Guerra, alumna de la UNIR.
Gracias Ana María por descubrirme a Los Batautos. Cuando he leído el título del libro me he emocionado porque me ha venido a la cabeza un muñeco que tuve yo de pequeña al que llamaba Batuto. Aquel muñeco también era verde, aunque no era como los Batautos, me he llevado un susto creyendo que alguien conocía mi Batuto.
ResponderEliminarAhora me ha entrado la curiosidad de conocer a estos seres con orejas al principio de la cabeza y pies al final del cuerpo. Yo, con Batuto, inventaba muchas historias, ¿tal vez están reflejadas en estos libros?
Barco de vapor, es una colección que me atrae, mi hija ha entrado ahora en esa época y no sé quién de las dos lee más a gusto. Además son libros con un precio módico, se puede comprar un libro de estos, porque sí. El siguiente que compre será alguno de estos seres verdes, que seguro son amigos de mi Batuto. ¿Dónde estará? ¿se habrá encontrado con ellos?
Reitero mi agradecimiento a Ana María por descubrirme este libro, también por su blog, que tiene infinidad de cosas interesantes. También agradezco a Consuelo Armijo el haberme hecho descubrir a Los Batautos. Ahora puedo estar tranquila pensando que seguramente a mi Batuto se le había caído una "a" y al ir a buscarla se encontró con sus amigos y está viviendo todas aquellas historias que juntos inventábamos.
Un saludo
Mertxe
Hola, soy estudiante del Grado de Maestro Infantil de la UNIR y, primero de todo, felicitar a Ana María por este gran blog. He leído todas las entradas del apartado de historia y son todas muy interesantes.
ResponderEliminarPero, ha habido una que me ha llamado más la atención, que me ha llevado hasta mi infancia. En esta entrada, Ana María nos habla de una gran escritora de literatura infantil, Carmen Armijo, no sé cuántas veces llegué a leer “El Pampinoplas” o “Los Batautos”, y, ahora muchos años después intento recordar aquellas historias, pero a duras penas puedo hacerlo (que pena esto de perder la memoria).
Al leer el blog y ver esta entrada llamé a mi madre y le pregunté que buscara en la estantería donde todavía guarda algunos libros de nuestra infancia y buscara “El Pampinoplas”, pero para mi desilusión no estaba allí. Creía que lo tenía mi sobrino, así que estoy en la búsqueda para volverlo a leer.
Si que recuerdo que hace apenas dos meses le di el libro de “Los Batautos” a mi sobrino para que lo leyera, aunque no sé si ya lo ha leído.
Qué recuerdos me ha traído Ana María, mi infancia, qué gran lectora era. Devoraba los libros, no podía parar de leer y me encantaban los del Barco de Vapor. A medida que iba creciendo el color de los libros iba cambiando. Qué lástima que mi afición por la lectura se ha ido apagando con los años. Ahora tengo un montón de libros empezados y pocos acabados.
Eso sí, mis sobrinos me conocen como la “tieta” de los libros, porque en cada ocasión que tengo les regalo un libro y con mis hijos hago lo mismo. Nuestras visitas a la biblioteca son muy numerosas y me encanta ver como mi hija devora los libros como yo lo hacía de pequeña. Estoy deseando que llegue la “diada de Sant Jordi” para ver las caras de mis niños cuando paseen por medio de tantas paradas repletas de libros.
Gracias Ana María por este gran blog y por devolverme a mi infancia por unos instantes!
Nuria Morales
Hola a tod@s,
EliminarYo soy de la generación de los 70 y no conocía los BATAUTOS y la verdad es que me han parecido unos seres muy divertidos. He estado informándome por Internet y veo que es una lectura infantil a partir de 6 años. Pero lo que más me ha gustado es que parece una lectura muy entretenida por todas las aventuras que les suceden a los batautos y además un aspecto muy importante y motivador para la lectura de este libro es la gran imaginación que tienen estos seres y que a veces también tendrían que exteriorizar nuestros pequeños.
Lo que está claro, es que todos los niños tienen imaginación, pero en el colegio todavía se sigue con una metodología muy guiada (fichas y más fichas en lugar de proyectos) y magistral por parte de los maestros, lo que dificulta la participación de los pequeños con toda su imaginación y creatividad en las clases, en las tareas.
Por suerte, yo que estoy estudiando en la UNIR y confío que en todas las Universidades de Educación Infantil y Primaria, la formación de los futuros docentes va más encaminada a buscar más la iniciativa y participación de los alumnos.
Muchas gracias a mi profesor de Didáctica de la Literatura Fernando González Ariza por recomendarme El cocodrilo azul y Ana María Navarrete por darme la oportunidad de conocer a estos seres maravillosos a través de este blog y seguro que conseguiré un libro de los Batautos para compartir un rato de lectura divertido con mis niños de 5, 7 y 9 años.
Josepa Espona
Mi nombre es Laura Matamoros y soy estudiante de la UNIR y, al igual que a mis compañeros, también me han propuesto como trabajo dejar un comentario en el blog. Me gustaría, después de echar un vistazo, felicitar a Ana María por su blog, ya que lo veo muy interesante y con mucha riqueza.
ResponderEliminarHe decidido comentar este apartado por los recuerdos que me traen los libros de Consuelo Armijo. Fueron las primeras lecturas que realicé única y exclusivamente por el placer de leer. Recuerdo con ternura y diversión “El Pampinoplas” y “Los batautos”, pero sin duda mis preferidas fueron las historias de Mercedes e Inés, en los dos libros en los que Consuelo Armijo nos narró sus locas peripecias: “Mercedes e Inés o cuando la Tierra da vueltas al revés” y “Mercedes e Inés viajas hacia arriba, hacia abajo y a través”.
Actualmente trabajo de maestra de Primaria en un colegio y me alegra ver que en las bibliotecas de aula todavía se conservan algunos de estos libros, como “El vencecanguelos”…, y que a los niños les divierten las mismas aventuras que a mí a su edad.
Laura Matamoros García
¡¡Que grata sorpresa!!
ResponderEliminarNo me he podido resistir hacer un comentario sobre esta entrada. "El barco de vapor"yo creo que durante mi infancia me habré leido unos 100 libros de esta editorial. La gran mayoría de los libros que me mandaban en el colegio, para leer el fin de semana y hacer una ficha con su correspondiente resumen, personajes y lo que más me gustaba buscar el dibujo más bonito del libro y hacerlo, eran de esta editorial. Todos los libros que tengo de mi infancia, que me compraba mi madre o regalaban eran de "El barco de vapor" son mis libros de infancia por excelencia y después de tanto tiempo ni me acordaba de ellos. Ha sido una grata sorpresa despolvar, gracias a este blog, de nuevo estos libros.
Después de hacer un recorrido por el blog, me ha llamado la atención descubrir, de alguna manera, que muchos de mis libros de infancia, o de los cuentos que me contaba mis padres o mis abuelos, tienen mucha historia y que no nacieron hace poco. Había creado la idea de que muchos de los cuentos de Disney eran más recientes de lo que en la realidad son. Otro detalle que me ha llamado la atención es que no era consciente de la variedad y la cantidad de libros de literatura infantil que existe, todos los recursos literarios que están a nuestro alcance y que muchos de ellos, y quizás los más ricos en cuanto a términos didácticos tienen más de 50 años.
Un placer haber descubierto todo este mundo gracias al blog.
Eva.
¡Hola Ana María y resto de lectores cibernéticos!
ResponderEliminarSoy Héctor, un estudiante de la UNIR que acaba de pasar una mañana de lo más entretenida gracias a las entradas de este maravilloso blog. Y es que, han sido muchos los post que han reclamado mi atención durante el rato en el que he estado absorbido por los contenidos habidos detrás de la etiqueta “Historia”. Gracias al trabajo recopilatorio de Ana María, he recordado personajes e historias que tenía casi olvidadas, descubierto autores y libros hasta ahora desconocidos y, cómo no, me he recreado mucho en los antiquísimos cortometrajes de Walt Disney. ¿Cómo no hacerlo ante semejantes creaciones audiovisuales? Me he quedado maravillado ante la calidad expresiva musical de los vídeos, en los que todos los gestos, voces y onomatopeyas guardan un patrón rítmico y melódico. En este sentido, aunque estoy convencido de haber visto estos “dibujos” cuando era pequeño (los trazados con los que estaban hechos los personajes me resultaban muy familiares), reconozco que me ha hecho especial ilusión volver a ver “Los 3 cerditos” y “El patito feo” ahora, desde una perspectiva musical más analítica, propia de quién conoce un poco más los entresijos de este arte (no en vano, estoy realizando la mención en Educación Musical).
Pese a ello, a la hora de escribir un comentario, me he decantado por esta entrada en la que Ana ha compartido con nosotros la portada de “Los Batautos”, libro de Consuelo Armijo perteneciente a la serie “El barco de vapor”, de la editorial SM. ¡Qué ilusión volver a ver el anagrama del Barco de Vapor! Por un momento es como si hubiera retrocedido 25 años al ver la portada del libro. No en vano, esta serie de libros causó furor entre los niños y jovenzuelos que, como yo, nacidos a principios de los ochenta. Así, fueron muchísimas las mini-novelas que leí en su día de esta serie, que se organizaba por colores indicando la edad del público a la que se dirigía. Sin embargo, de entre todas ellas, recuerdo con especial cariño “El Pampinoplas”, también de Consuelo Armijo, pues lo trabajamos en la escuela en el primer ciclo de Primaria. Se trataba de una historia muy original, llena de palabras inventadas (“nonsense”), que nos fascinaban y, a la vez, nos hacían muchísima gracia. Además, como no podía ser de otra manera en la literatura infantil, la obra también estaba llena de valores, entre los que recuerdo con gran cariño un lema dirigido a los perdedores de cualquier competición, que en la novela era cantado por los protagonistas: “¡Hemos perdido; nos hemos divertido!”. En este sentido, he de decir que, este mismo verano, pude poner en práctica ese cántico con los niños de la ludoteca donde he estado trabajando, y la verdad es que lo acogieron de maravilla, entonándolo con orgullo tras un juego en el que resultaron vencidos, pero que les supuso un buen rato de diversión.
Nada más, reiterar mi más sincera enhorabuena a la autora del blog, que, con su trabajo, a mí personalmente me ha hecho acercarme aún más a aquél niño que en su día fui pero que, en el fondo, tal y como acabo de comprobar, aún sigo llevando dentro.
Héctor.
Buenas tardes compañer@s,
ResponderEliminarAl leer que Consuelo Armijo en los Batautos lleva a la práctica el nonsense, recordé que en varias épocas, sobre todo en las Islas Británicas numerosos pequeños y no tan pequeños lectores se han interesado por este género. ¿Qué lo hace tan atractivo? Virginia Wolf opinaba sobre el nonsense de Carroll y su Alicia que “nos muestra el mundo como un niño lo ve”. Me pareció una visión muy acertada, los niños más pequeños disponen de un amplísimo abanico de posibilidades en las historias que cuentan y que parece que se va estrechando limitado por las convenciones sociales, lingüísticas, culturales, personales. Así en el nonsense podrían ver plasmadas sus fantasias y ampliar su perspectiva con ricos universos imaginarios, absurdos, ilógicos o imprevisibles.
Daniel Pennac en su libro “Mal de escuela” nos habla de otra ventaja que nos proporciona el nonsense o en general el uso del juego, la ironía, el humor o la paradoja en el aula y ésta es que para comprender, usar o crear este tipo de figuras o géneros literarios y lingüísticos debemos poner en práctica ciertos conocimientos teóricos previos. Nos comenta en su obra que sus alumnos juegan a cambiar el tono, la velocidad o incluso la dirección de los textos, pero todo ello sólo adquiere sentido cuando se conocen mínimamente los cánones. Citando sus palabras “Hay que saber jugar con el saber…Jugar con la materia es entrenarse a dominarla”.
Recordando “El Nombre de la Rosa”, Eco nos narra como en el libro que ilustra uno de los monjes en el scriptorium se muestra al Papa como un zorro o al abad como un mono. ¿Debemos tener miedo a ironizar o a jugar con los conceptos o personajes que consideramos establecidos? Comparto la opinión de que no debería ser así en ninguno de los ámbitos en que nos movemos no sólo en literatura.
Saludos.
Isabel Jiménez
Un mundo donde todo es posible.
ResponderEliminarMe perdí en este blog descubriendo sus entradas dentro de la etiqueta Historia, y aunque todos los apartados me parecen muy interesante, ver la portada del libro de Consuelo Armijo con el formato típico de la serie de libros del Barco de Vapor me transportó inconscientemente a las infinitas lecturas de mi infancia. Este mundo mágico y sorprendente que se esconde entre las páginas de estas historias de literatura del “nonsense” trae consigo mismo un sinfín de personajes que se alejan de los convencionalismos sociales, objetos extraños que nada tienen que ver con lo normativo y mundos de ilusión y fantasía donde no se está seguro de nada y todo puede ocurrir, todo es posible.
El nonsense (sin sentido) puede definirse como un continuo de escenas y situaciones disparadas, en las que las ideas e imágenes se engarzan de manera libre y sin ninguna lógica, no existe un estricto sentido racional en sus historias, se trata de un juego de palabras que transgrede las formas comunes de la sintaxis y la semántica, es la literatura del disparate, siempre acompañada de un mundo gráfico complementario, con ilustraciones que ayudan a representar en las mentes de los pequeños lectores esta mágica distorsión de la realidad.
¿Qué pasa cuando crecemos y nos adentramos en el mundo adulto? ¿Dónde quedan las historias sin sentido de mundos irreales que se escapan de la lógica y las convenciones de nuestra sociedad? Quizá deberíamos releer alguno de estos mágicos libros del Barco de Vapor para volver a ver el mundo con los ojos de un niño.
Un saludo y enhorabuena por este magnífico blog.
Blanca Arnavat.
He escogido la entrada al blog que tiene como título el nombre de la autora Consuelo Armijo, y lo he hecho por haberme llamado la atención uno de los títulos de esta autora, Aniceto el Vencecanguelos. Este libro lo leí a la edad de siete u ocho años y recuerdo que me enganchó muchísimo su argumento. Trataba de un niño que tenía pavor por todo y eso le hacía que, a veces, su propia imaginación le jugase malas pasadas ya que incluso conseguía que le afectase en su vida real. El gran problema de Aniceto era que creía que no se haría mayor hasta que no consiguiera vencer sus propios miedos. Finalmente, Aniceto va creciendo y se da cuenta de que los miedos de cada uno nos irán acompañando durante toda nuestra vida, pero que, realmente, el secreto es saber vivir con ellos y ser consciente de la realidad.
ResponderEliminarSandra Platero (UNIR)