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viernes, 14 de mayo de 2010

Siméon / Goscinny

Hace mucho que no abro el rincón del lector para comentar una de mis lecturas favoritas, libros que merecen la pena, así que hoy me toca hablar de uno muy especial, porque en pocas páginas y perfectamente adaptado para niños, el autor, Jean-Pierre Siméon, desarrolla una teoría literaria sobre la poesía que resulta tan conmovedora y provechosa para los pequeños como la de Frederick de Leo Lionni. El libro es: Un poema para curar a los peces, de la Editorial Kókinos; el ilustrador es Olivier Tallec. Como siempre Kókinos hizo una estupenda edición en 2006. Espero que aún pueda encontrarse en las librerías, y si no, en la estantería de las bibliotecas, en la sección infantil.

Y como se acaba de estrenar la película de El pequeño Nicolás,que es otro de mis personajes favoritos de literatura infantil, recordar solamente que ya ha cumplido 54 años y que Goscinny empezó la serie, ilustrada por Sempé en 1956 y la terminó en 1964. En España estos libros los edita Alfaguara.
Nicolás y sus amigos, al igual que otros personajes de Goscinny, en concreto Astérix, ilustrado por Uderzo, han dado la vuelta al mundo y ahora la darán en la pantalla. Como aún no he tenido tiempo de ver la versión cinematográfica, no puedo comentar nada; a ver si alguien se anima a hacerlo en el blog. Lo más importante es destacar el humor, la universalidad y naturalidad de El pequeño Nicolás.

Goscinny: El pequeño Nicolás, Ilus. de Sempé,Trad. De Esther Benítez, Ed.Alfaguara/Salvat, Col. BIblioteca Juvennil, Barcelona, 1987, 139 págs.

4 comentarios:

  1. Las novelitas de "El pequeño Nicolás", aún ahora, que peino canas, y estoy prejubilada, me llenan de hilaridad y me hacen soltar carcajadas, de una manera, totalmente inconsciente y consciente a la vez.
    De forma inconsciente por las ilustraciones, y de forma consciente por el texto.
    Siempre me gustó leerlas, y cuando el momento lo permitió, con el "plan lector" como maestra a los niños de mi clase, que si lloraba, por reprimir las carcajadas, no me entendían, y cuando lo entendieron, me llenaron de emoción.

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  2. El pequeño nicolás es un personaje genial y todavía tengo en la mente muchas de las escenas descritas en el libro, que aún me hacen reír. Por ejemplo cuando aparecía Eudes y le soltaba un mamporro en la nariz a cualquiera de los que estaba por allí.

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  3. En el colegio, el pequeño Nicolás cuenta con muchos y muy buenos amigos, con los que se divierte, compite y se pelea. A Alcestes lo que más le gusta es comer y por eso está un poco gordito. Godofredo siempre tiene un disfraz nuevo. Su papá es rico y le compra todos los juguetes que se le antojan. La verdad es que es un poco caprichoso, pero a veces nos deja sus juguetes... que tiene muchos, y jugamos todos juntos. Eudes es un bruto. Es el más fuerte de la clase y le gusta dar puñetazos en la nariz a todo el mundo. Algún día alguien le va a dar a él un puñetazo y ya veremos si le gusta. Con quien menos se mete Eudes es con Agnan porque es el ojito derecho de la maestra. Es el primero de la clase y lleva gafas, por eso tampoco se le puede pegar mucho porque si no se le rompen. Rufo siempre lleva consigo un recuerdo de familia, el silbato, regalo de su padre que es agente de policía. Cloto es el último de la clase. Es un poco perezoso y despistado porque no se entera de nada. Nunca se sabe las lecciones así que muchas veces se queda sin recreo. Mientras todos jugamos en el patio él nos mira por la ventana.

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  4. En el colegio, el pequeño Nicolás cuenta con muchos y muy buenos amigos, con los que se divierte, compite y se pelea. A Alcestes lo que más le gusta es comer y por eso está un poco gordito. Godofredo siempre tiene un disfraz nuevo. Su papá es rico y le compra todos los juguetes que se le antojan. La verdad es que es un poco caprichoso, pero a veces nos deja sus juguetes... que tiene muchos, y jugamos todos juntos. Eudes es un bruto. Es el más fuerte de la clase y le gusta dar puñetazos en la nariz a todo el mundo. Algún día alguien le va a dar a él un puñetazo y ya veremos si le gusta. Con quien menos se mete Eudes es con Agnan porque es el ojito derecho de la maestra. Es el primero de la clase y lleva gafas, por eso tampoco se le puede pegar mucho porque si no se le rompen. Rufo siempre lleva consigo un recuerdo de familia, el silbato, regalo de su padre que es agente de policía. Cloto es el último de la clase. Es un poco perezoso y despistado porque no se entera de nada. Nunca se sabe las lecciones así que muchas veces se queda sin recreo. Mientras todos jugamos en el patio él nos mira por la ventana.

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