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domingo, 2 de marzo de 2014

Reflexiones


  Ayer fui al cine y asistí a la proyección de una de esas películas que deja buen sabor de boca:
 "Monuments Men", de George Clooney (Dirección), con guión de George Clooney y Grant Heslov, a partir del libro  homónimo de Robert M. Edsel y Bret Witter


                 No conocía la historia de los siete hombres, artistas, conservadores de museo, arquitectos e historiadores de arte, que tuvieron como misión en la II Guerra Mundial, salvar las obras robadas por los nazis y devolverlas a sus lugares de origen.
El objetivo de semejante y extraña misión, en la que arriesgaron sus vidas, fue salvaguardar la memoria de la humanidad. Más de 1000 años de civilización. 
                De no haberse realizado esta misión, se hubieran perdido más de seis millones de obras de Arte.
La reflexión fundamental era: Aunque ganemos la Guerra y reconstruyamos las ciudades, ¿qué nos quedará? Se habrán borrado nuestros logros y no sabremos quiénes somos. Palabras más o menos literales que recuerdo.
¿Por qué escribo sobre esto?
Porque llevo días diciendo en clase casi lo mismo a los alumnos de Grado en Educación Primaria y a los del Máster en Formación del Profesorado,  para tratar de justificar lo importante que es la lectura.
Leer nos enseña en primer lugar a pensar, lo cual nos hace libres al desarrollar nuestro espíritu crítico y permitirnos organizar nuestro propio mapa del mundo y además nos ayuda a comprender nuestra propia historia y la de los otros. 
En los libros está contenido todo el saber, experiencias y emociones de la humanidad, igual que ocurre con cualquier otro tipo de creación artística. Cada una de estas obras es la expresión de una o muchas experiencias íntimas que responden a un espacio y a un tiempo concretos, es decir, que dan, desde la ficción literaria,escultórica, pictórica, musical  o arquitectónica, una interpretación de toda una época. 
Si se pierden los libros, si se pierde el arte, hemos perdido la memoria y por tanto, como les ocurre a los desventurados enfermos de Alzheimer, desaparecemos, diluidos en un presente que ya no tiene sentido.
          
             Llegados al punto en que a la mayoría no le gusta leer, me he dedicado a decir: "bueno, pues si no leéis, por lo menos id al cine, dejaros llevar por las historias, dejad que otros os cuenten historias... Los seres humanos necesitamos historias, somos contadores de historias natos, las necesitamos para explicarnos y explicar el mundo que nos rodea".
Las caras que veo cuando digo estas cosas van desde la sorpresa hasta le mayor de las indiferencias, pero no pienso callar y espero que finalmente este discurso se comprenda, quizás en un ataque de idealismo que roza la locura de Don Quijote, pero que no puedo remediar.

            El cine podemos calificarlo  como el contador de historias del siglo XX,  acerquémonos a él. Si no nos acercamos a un libro impreso más que por obligación y de mala gana, si no se nos ocurre ir a visitar un museo más que por esa misma y fastidiosa obligación... vayamos al cine y dejemos que las historias entren de forma viva y expliquen igualmente quiénes somos, de dónde venimos y adónde vamos, que siempre han sido preocupaciones de cualquiera que se siente a pensar.
¿Cómo puede bastarnos únicamente el presente inmediato para vivir? ¿Es que nadie se hace preguntas? ¿Es que ya no se necesitan respuestas?
Pues bien, esta película es una historia épica y real, interpretada a la perfección, que atrae y entretiene y además enseña que lo que somos, está contenido en la historia de nuestra civilización, plasmada de mil formas a lo largo de los siglos, en obras de Arte.


7 comentarios:

  1. Al ver que había un artículo sobre la película Monuments Men, lo primero en lo que pensé es en otra película: La ladrona de libros.

    La primera todavía la tengo pendiente, pero por suerte el estreno es más reciente y todavía hay bastantes cines y salas que, en horarios asequibles, nos dan la oportunidad de verla.

    Sin embargo la segunda ya apenas se ve en cartelera, aunque es comprensible ya que se estrenó hace dos meses y medio.

    Las películas ambientadas en la Segunda Guerra Mundial abundan en la historia del cine. Desde la crítica El gran dictador, hasta la emotiva La vida es bella, pasando por las bélicas Salvar al soldado Ryan o La delgada línea roja, el séptimo arte nos ha ido obsequiando con grandes obras maestras que denuncian a su modo el gran horror de esta etapa de la historia.

    Últimamente parece que se están poniendo de moda aquellas historias que giran en torno a la protección del patrimonio cultural y a la importancia de éste en la construcción de una identidad propia y el desarrollo de un sentimiento de patria.

    De esto son ejemplo Monuments Men, basada en hechos reales (y en la novela de mismo nombre), y La ladrona de libros, basada en la novela homónima de Markuz Zusak publicada hace casi 10 años.

    Ambos son ejemplo de, como bien dices en el artículo, “salvaguardar la memoria de la humanidad” y de la importancia de la Historia y la cultura. No he ido a ver la película, pero sí he visto varias veces el tráiler y me he permitido transcribir una frase para este comentario: “Pueden exterminar a toda una generación, arrasar sus casa y aun así el pueblo se repondría;pero si destruyen su Historia, si destruyen sus logros, es como si nunca hubiese existido. Eso es lo que quiere Hitler.”

    En Monuments Men hablan de cuadros, esculturas y edificios; en La ladrona de libros muestran a los libros, contadores de historias, como los enemigos del régimen y que por tanto deben ser destruidos. Supongo que llevan a imaginar cosas, a salirnos de los límites establecidos, a pensar y razonar, a conocer y actuar en consecuencia.

    Y es curioso que ahora que tenemos acceso ilimitado a este gran mundo sea cuando menos lo apreciamos. Los museos y las bibliotecas son cosas pasadas de moda. Lo que atrae es lo visual, el movimiento continuo, el sonido estridente.

    Hoy en día el cine es un canal de transmisión de Cultura e Historia muy importante y potente en nuestra sociedad. A mí me encanta el cine; el buen cine; y lo considero esencial en la educación de hoy en día, pero, ¿cómo volver a hacer crecer ese interés por el resto de artes especialmente en los más jóvenes?

    En las películas se arriesga la vida por preservar la Cultura y la Historia de Europa. ¿Llegará algún momento en la Historia, en un futuro, en que tengamos que volver a luchar para que no sea como si nunca hubiésemos existido? ¿Qué sucederá entonces?

    Mientras tanto, vuelvo a mi lectura. El hombre invisible (libro que por cierto aparece en la película de La ladrona de libros) me está esperando. ¿Qué veían de peligroso en este libro?

    Irene Gregorio Crespo
    2º Magisterio Educación Primaria UAM
    Grupo 222

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  2. El cine no tiene porque ser el sustituto de la literatura, pueden convivir perfectamente como le ocurre al teatro o a ese mundo artístico denominado como arte menor por tratarse de ilustraciones como son los cómics y que en edades tempranas puede ser un aliado para captar futuros lectores.

    Vivir todas las experiencias de los personajes que nos llegan nos resultaría completamente imposible, por lo tanto disfrutar las de los demás se convierte en un placer, ya no digamos habitar mundos inventados conviviendo con seres extraordinarios.

    Cierto es que en las películas nos dan casi todo el trabajo hecho, poco espacio nos queda para la imaginación, pero nos dejan libertad para la recreación y la posterior reflexión de lo visto. La magia de los libros reside en que puedes hacer tu propia interpretación de las palabras que otros han dejado por escrito, imaginarte los personajes como quieras, idealizarlos, que te gusten o no por lo que te cuenta el autor de ellos.

    Tanto la literatura como las otras artes nos hacen crecer como personas, aumentar nuestra cultura y en ocasiones hasta desconectar de nuestros quehaceres cotidianos y simplemente reír y disfrutar. El cine en este caso vendría para sumar.

    Alba Cuenca Ruiz
    Grupo 222 Magisterio de Educación Primaria
    Universidad Autónoma de Madrid

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  3. Primero comentar que tenia mis dudas de si la película valdría la pena verla, pero mis dudas se han disipado con este comentario.

    En mi opinión el cine es un gran escenario en el que contar historias, ficticias o reales, que transportan al espectador a mundos inimaginables y que por su gran puesta en escena, sonidos, imágenes, efectos especiales, atraen mucho mas que un libro, pero este no podrá nunca sustituir a la lectura, la imaginación del ser humano es individual y personal, dos personas que se leen el mismo libro no se imaginaran una historia igual, cada uno lo llevara a su terreno, sus gustos y sus ideales.

    El cine te podrá contar mil historias y se proyecta tal y como le gusta al creador de cada película, pero en cada libro, cada lectura somos nosotros mismos los directores de la película que se proyecta en nuestras mentes.

    El cine nunca podrá remplazar la magia en la lectura de un libro.
    Alejandro de Castro Alberite. Magisterio de primaria. Universidad Autónoma de Madrid

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  4. Relacionado con esta entrada del blog, tengo que decir que estoy de acuerdo con lo que afirma. El cine es un buen método para conocer el mundo que nos rodea, de hecho es el contador de historias actualmente más utilizado por las personas, ya que es un recurso que le gusta a la mayoría y es bastante eficaz.

    Mediante las películas históricas, podemos enriquecernos de conocimientos de nuestro pasado y conocer nuestra historia. Pero, en mi opinión, creo que el cine se queda escaso a la hora de mostrarnos el pasado. Pienso que mediante el cine sólo vamos a poder observar lo que el director quiere realmente que observemos. El cine muestra la historia en una pantalla con unos personajes, unos espacios definidos…por lo que no miras más allá de lo que muestra, por ello deberíamos recurrir a la lectura. La lectura, consiste en desarrollar nuestro conocimiento, creatividad e imaginación, mientras que se lee nos ayuda a pensar, interpretar…esto es algo que el cine no nos puede enseñar.

    El cine debería complementar a la lectura, ya que con ambos nos enriqueceríamos bastante.

    Pero como bien dice el texto, y es una idea que también apoyo, ``si no os gusta leer por lo menos id al cine, dejaos que os cuenten historias […] que necesitamos para explicarnos y explicar el mundo que nos rodea´´

    CRISTINA CUADROS SAN ROMÁN
    MAGISTERIO ED.PRIMARIA, GRUPO 222. UAM.

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  5. Finalmente, al terminar el curso, pude ir al cine a verla y, si bien no la calificaría de película merecedora de un Oscar, he de decir que disfruté mucho con ella y me emocionó.

    De entre todas la escenas y frases de la película, me quedo con la frase inicial de George Clooney: "ningún cuadro vale la vida de un hombre" que, aunque parezca contradictoria con el mensaje que envía la cinta, la encuentro totalmente lógica y humana.

    Por último sólo me queda reiterar lo que ya dije en el comentario que publiqué hace unos meses.

    Irene Gregorio

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  6. Después de leer este artículo he recordado que cuando se estrenó la película me pareció interesante su argumento, pero no pude ir a verla.

    Las creaciones artísticas son la base del saber, de las experiencias y de la evolución que ha tenido la humanidad. Si se pierde todo esto, no habrá nada que nos sirva de recordatorio del paso de los años. Todo esto, me recuerda a la película “Ágora” de Alejandro Amenábar, en la que la protagonista de la historia, Hypathia, pretende salvar todo el saber que hay almacenado en la biblioteca de Alejandría como consecuencia del ataque de sus enemigos que incendian y saquean todo lo que hay a su paso.

    En la actualidad, el cine se ha convertido en una importante vía de propagación de la cultura. Desgraciadamente como consecuencia de su elevado precio ha disminuido el número de personas que disfrutan de él. Para intentar acabar con esta situación, se están promoviendo campañas con precios simbólicos y accesibles.

    De todo lo que has dicho, lo que más me ha gustado han sido las siguientes palabras:
    “Si no nos acercamos a un libro impreso más que por obligación y de mala gana, si no se nos ocurre ir a visitar un museo más que por esa misma y fastidiosa obligación... vayamos al cine y dejemos que las historias entren de forma viva y expliquen igualmente quiénes somos, de dónde venimos y adónde vamos, que siempre han sido preocupaciones de cualquiera que se siente a pensar.
    ¿Cómo puede bastarnos únicamente el presente inmediato para vivir? ¿Es que nadie se hace preguntas? ¿Es que ya no se necesitan respuestas?”

    Muchas gracias y un saludo.

    Alba Danae Estévez Fernández.
    Segundo curso de Educación Infantil.
    Grupo 201.
    Universidad Autónoma de Madrid.

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  7. En todos los libros está el saber, las experiencias y las emociones, al igual que ocurre en cualquier otro tipo de creación artística. Cada obra es la expresión de una experiencia íntima, que hace referencia a un espacio y a un tiempo concreto. Si perdemos los libros, el arte, perdemos todo y llegamos a desaparecer.

    A la mayoría de las personas no nos gusta leer, pero ¿por qué no vamos al cine o al teatro a que nos cuenten la historia? Actualmente la crisis se ha notado, por lo que el ir al cine o al teatro ha disminuido y por su elevado precio no nos podemos permitir ir todas las semanas, pero si podemos ir cuatro veces al año por ejemplo.

    Haciendo referencia a lo que has mencionado sobre no leer por obligación y que vayamos al cine a que las historias entren de forma viva en nosotros estoy totalmente de acuerdo contigo.

    Hace un par de años si no me equivoco fui al teatro a ver el musical de “¡Ay, Carmela!, la verdad que me encanto tanto que repetí y volví a verla una segunda vez. Gracias a este musical entendí y comprendí muchos temas de historia que vi en bachiller y que no me interesaron lo más mínimo, como fue la Guerra Civil, La Republica, Franco y sus tropas, Mussolini, etc., y tras ver e musical me despertó tanto el interés que busque libros e información por internet y me documente como nunca antes lo había hecho. Ahora ya no leía por obligación sino porque se despertó en mí el querer saber más y solo podía conseguirlo leyendo.

    Por lo tanto, aunque no nos guste leer, ir al cine o al teatro a que nos cuenten las historias, a vivirlas en primera persona, a pasar de la realidad a la ficción y volver a la realidad. Yo sí puedo y el bolsillo me lo permite intento ir unas cuatro veces al año. Y creo que todos aunque no sean cuatro sea solo una debemos ir.

    LORENA BENITO HERRERO
    2º MAGISTERIO INFANTIL
    GRUPO 201

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